martes, 10 de junio de 2008

INFINITAMENTE PESADOS

El machacado Orgullo Gay comienza a calentar motores y cajas registradoras. Este evento ha pasado de ser una jornada para rememorar la lucha por los derechos civiles que comenzó en Estados Unidos un 28 de junio de 1969, en un pequeño bareto neoyorquino llamado Stonewall, a una serie de festejos donde lo que prima es sacar el dinero a gays, lesbianas y a todo el que se ponga por delante. La fiesta Infinitamente Gay, cuya convocatoria empieza a plasmarse en carteles chocarreros y prototípicos pegados fundamentalmente en el centro de Madrid (los anuncios son para partirse de risa, arriba tenéis un ejemplo), llega una vez más para alzarse como una gran payasada estival. Os lo explico de manera resumida: un grupo de empresarios gays decide hace unos años que iba siendo hora de sacar pasta de esta celebración convertida en abobado carnaval. Unos en concreto (los que organizan Infinitamente Gay) registran el nombre “Orgullo Gay” y se querellan con colectivos gays de Madrid, que también se reparten la pasta de las subvenciones del Ayuntamiento, por utilizarlo en la “manifestación”. Jaleos y peleas constantes: “Yo quiero más pasta”, “No, yo más, más…”. Porque aquí todos quieren sacar tajada, hasta el propio consistorio, que con tal de que la capital revierta beneficios turísticos se olvidan de ideologías medievales y recursos ante el Tribunal Constitucional contra la ley de matrimonio de gays y lesbianas, que es lo que el PP tiene interpuesto a pesar de que a Gallardón le mole salir en la portada de la revista Zero para raspar unos votos. Menudo lío, ¿verdad? En definitiva, “it’s all for the Money, honey!”, como diría alguna drag queen por ahí.
El “Infinita”, como se le conoce popularmente, se celebra este año en el Palacio de los Deportes (¡!) el 5 de julio, y la entrada cuesta 35 eurazos sin consumición. Una vez allí (no esperéis espectáculos ni nada, solo chunda, chunda, chunda), las copas, a precios "populares", corren por cuenta de un público que está en su derecho a divertirse, pero que no tiene ni idea de por qué está ahí ni se plantea el sablazo al que es sometido. “Es el Orgullo Gay”, no hay más explicación. Y en todo este batiburrillo, aprovechándose de la entidad de gays y lesbianas (ofreciendo la equivocada, claro), y tras la vida que muchos perdieron por motivos de orientación sexual, el negocio es lo que ha primado. Y los prototipos persisten, dejando otra vez de lado que la mayor parte de los homosexuales no son musculocas, leaders, camioneras... Yo no voy a Rock in Río, pero ni mucho menos asistiré a este circo donde ninguna cartera ni tarjeta de crédito quedará a salvo. Lo mejor de todo es que diversas entidades organizan actos culturales a los que no va nadie para tratar de hacer ver que todo este meollo todavía contiene algún "significado pedagógico". Abstenerse, por último, de ir a la ratonera en que se convierte el barrio de Chueca en estos días. Además, con 35 euros podéis hacer una estupenda minifiesta en casa, sin colas interminables, porteros violentos, patosos a mansalva, garrafón, música tostón… Por cierto, eso de que el gay gana mucho dinero es otra mentira más, pero si así lo quieren sostener los medios del sector, allá ellos.

5 comentarios:

monsieur august dijo...

Excelente e interesante post querida Gaspashá. Este tipo de acontecimientos hace que uno sienta el orgullo de ser hetero. Me parece que los gays ya han conseguido igualdad como para salir de ese gueto en el que muchos se empeñan en vivir. Sin ser homófobo (creo) a mí todo esto ya me estomaga y si mis amigos gays me quieren ver tendrá que ser fuera de Chueca y desde luego fuera de cualquier cosa relacionada con el orgullo

lady foster dijo...

Uahhhhhhhh que pereza me da todo el tema... quien quiera ser gay que lo sea, y quine quiera parecer homofobo, que lo sea también. Libertad de expresion y sexualidad ante todo y sobre todo, quien quiera y desee disfutar de estas fiestas , que lo haga, y quien no le apetezca, que no lo haga, yo tampoco celebro el dia de la familia y nadie me obliga...

Anónimo dijo...

Uf, pero de qué gays me estáis hablando? Me suenan a extraterrestres.
Supongo que a estas alturas ya somos capaces de diferenciar no?

Esto ya empieza a oler un poco.

gaspashá gorkovskaya dijo...

Por eso he escrito esto, porque ya aburre, solo denuncio la caradura de los empresarios, y como se ha desvirtuado lo que comenzó como una reivindicación social; el que quiera ir a estas fiestas, que vaya. Un saludo.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el post, pero no con algunas opiniones vertidas. Desgraciadamente si existen guettos todavía no es solo por gusto, que a muchos si que les gusta encerrarse en si mismos y en su colectivo, si no por la discriminación latente existente en gran parte de la sociedad. Las agresiones, insultos y demas, estan a la orden del día en este pais nuetro tan tolerante y avanzado.Eso sí, esa freak parade que es el orgullo, no ayuda a superar los prejuicios, eso es seguro. Besos