Cuando hace algunas semanas Coldplay regalaron a través de su web el primer single de su cuarto disco muchos nos sorprendimos ante lo desacertado de su elección: “Violet hill” parecía desde la primera escucha una canción sin punch, oscura, muy atmosférica y sin apenas opciones de ser pinchada en las radio fórmulas. Una vez escuchado “Viva la vida or death and all his friends” deja de sorprender dicha elección: el 90% de las canciones de este disco son así, sombrías, largas (y a veces, que se hacen largas), con una épica que evita los caminos trillados de por ejemplo clásicos del calibre de “Clocks” y con unas composiciones que dan esquinazo a la típica estructura de la canción pop. Estamos pues ante el disco anti-comercial –y difícil- de Chris Martin.
Poco fan como soy de Coldplay, o más bien, poco seguidor como soy de Chris Martin, he de confesar que “Viva la vida” es un derroche de talento, el álbum sorprendente de una banda que no parecía destinada a sorprender a nadie a estas alturas. Compuesto por diez canciones, o sería mas acertado decir de diez cortes, ya que algunos de ellos se dividen en dos mitades claramente definidas con una melodía bien distinta cada parte, este trabajo no tiene la inmediatez pop de los mejores momentos de “X & Y”, ni la sensiblería (hay quien lo llamaría sensibilidad) de “Parachutes” ni la ambición del rock de estadio de “A rush of blood to the head”, pero los supera cómodamente a todos ellos gracias a unas melodías extrañas, complicadas, que no tienen la necesidad del pasado de epatar al personal desde el principio. Cierto es que los aires orientales de “Yes” no vienen a cuento, que la producción de Eno les acerca aún más al precipicio, ese gran agujero negro, que son U2 (las guitarras parecen de The Edge, directamente) y que el único tema descaradamente comercial “Viva la vida” es un plagio o está influenciada por un temazo de Alizee (ver aquí). Pero todo ello es ignorado por el oyente ante la emoción in crescendo de “Death and all his friends”, dificil no cantar al llegar al estribillo, los coros trivales (!) del final de “Cemeteries of London”, la melancolía con raices gospel (sin coro, eso sí) de “Lost”, la desolación que se convierte en un clásico himno Coldplay de “42”, la hipnótica base de "Strawberry swing" y una oscuridad global que se transforma en deslumbrante luminosidad gracias a la belleza desprendida por el conjunto, arrasando con todas las reservas iniciales para dar finalmente sentido al optimista título, después de manejar la (loca) teoría de que Coldplay conocían la ironía. Como todos los discos realmente grandes “Viva la vida” esta repleto de aciertos y de errores fruto de su ambición. Y es el mejor trabajo de sus autores.
CALIFICACIÓN; 8/10
LO MEJOR; Es un disco con la suficiente complejidad como para que no se agote en tres escuchas, como ocurría con los anteriores.
LO PEOR; Aguantar a Martin dando entrevistas a todas horas. Y que puede defraudar a los fans de la banda, pero tal vez esto sea bueno…
IMPRESCINDIBLES; “Lost”, “Death and all his friends”, “Lovers in Japan”, “42”, "Strawberry swing"
Poco fan como soy de Coldplay, o más bien, poco seguidor como soy de Chris Martin, he de confesar que “Viva la vida” es un derroche de talento, el álbum sorprendente de una banda que no parecía destinada a sorprender a nadie a estas alturas. Compuesto por diez canciones, o sería mas acertado decir de diez cortes, ya que algunos de ellos se dividen en dos mitades claramente definidas con una melodía bien distinta cada parte, este trabajo no tiene la inmediatez pop de los mejores momentos de “X & Y”, ni la sensiblería (hay quien lo llamaría sensibilidad) de “Parachutes” ni la ambición del rock de estadio de “A rush of blood to the head”, pero los supera cómodamente a todos ellos gracias a unas melodías extrañas, complicadas, que no tienen la necesidad del pasado de epatar al personal desde el principio. Cierto es que los aires orientales de “Yes” no vienen a cuento, que la producción de Eno les acerca aún más al precipicio, ese gran agujero negro, que son U2 (las guitarras parecen de The Edge, directamente) y que el único tema descaradamente comercial “Viva la vida” es un plagio o está influenciada por un temazo de Alizee (ver aquí). Pero todo ello es ignorado por el oyente ante la emoción in crescendo de “Death and all his friends”, dificil no cantar al llegar al estribillo, los coros trivales (!) del final de “Cemeteries of London”, la melancolía con raices gospel (sin coro, eso sí) de “Lost”, la desolación que se convierte en un clásico himno Coldplay de “42”, la hipnótica base de "Strawberry swing" y una oscuridad global que se transforma en deslumbrante luminosidad gracias a la belleza desprendida por el conjunto, arrasando con todas las reservas iniciales para dar finalmente sentido al optimista título, después de manejar la (loca) teoría de que Coldplay conocían la ironía. Como todos los discos realmente grandes “Viva la vida” esta repleto de aciertos y de errores fruto de su ambición. Y es el mejor trabajo de sus autores.
CALIFICACIÓN; 8/10
LO MEJOR; Es un disco con la suficiente complejidad como para que no se agote en tres escuchas, como ocurría con los anteriores.
LO PEOR; Aguantar a Martin dando entrevistas a todas horas. Y que puede defraudar a los fans de la banda, pero tal vez esto sea bueno…
IMPRESCINDIBLES; “Lost”, “Death and all his friends”, “Lovers in Japan”, “42”, "Strawberry swing"
2 comentarios:
Nunca he seguido a Coldplay, pero por tu análisis, parece que este es su disco más interesante y creativo. Creo que merece la pena que los grupos apuesten por otros estilos y se alejen un poco de las fórmulas que les hacen triunfar (de manera honesta, claro).
Una review genial, como siempre.
Yo tampoco he sido nunca fan de coldplay y tengo que reconocer que este disco me gusta. Discrepo en lo del tema de alizee y en general de cualquier cosa que cuenten los de jenesaispop que no saben escribir y que han hecho una maquetación que ya les vale, donde esté gesloten que se quiten los de las bolsas en la cabeza, menudos horteras
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