viernes, 13 de junio de 2008

AMARAL. GATO NEGRO DRAGÓN ROJO. EL TEDIO HECHO DISCO

Nunca he entendido como Amaral ha logrado colarse entre los grupos independientes y respetados de este país cuando, salvo alguna excepción muy contada (Días de Verano, Como hablar o Te necesito), es evidente que son pésimos compositores. Todos sus discos (y por más que pasan los años no aprenden) suenan autodidactas, fáciles y aburridos. Aunque intenten dar el pego colaborando con el intocable Enrique Morente, dejemos de ser snobs y reconozcamos que Revolución es un tostón de canción. Sus temas más acertados cuentan, como mucho, con un estribillo pegadizo y punto. Las letras se salvan cuando hablan de desamor pero cuando entran en el terreno de la cotidianidad son horribles (cuánto tienen que aprender de los vascos o los catalanes). La voz de Eva es fea, aunque cada vez entona mejor, y el único interés que ofrecen es ver el modelito que se pondrá, siempre impecable, moderna y sexy pero que no me hagan escuchar un disco entero por favor.
Siendo un grupo de single de cafetería resulta extraño que su nuevo trabajo cree tanta expectación pero así es. De algún modo estos maños han logrado colarse en ese olimpo de músicos que no se pueden criticar y la prensa de este país parece tener escritas sus reseñas antes de escuchar su nuevo trabajo. Por mi parte el mero hecho de saber que publican un doble álbum con diecinueve canciones me da pavor. No son chicos prolíficos, eso está claro, se nota que cada canción decente les cuesta un mundo o les sale casi de casualidad ¿Qué podemos esperar entonces de Gato Negro Dragón Rojo?
Yo nada desde luego. En primer lugar me horripila la portada que está a la altura de cualquier fotógrafo sin talento que le pide a su prima que se pinte un tatoo guay para hacer un trabajo para la escuela de foto de su barrio, pero lo peor está dentro. Un sinfín de canciones en la línea de sus peores errores. Letras que dan grima, acordes de folleto de CCC y una sensación de falta de inspiración de principio a fin es, en resumen, este nuevo trabajo de Amaral.

Descartable: todo
Destacable: recuperan la preciosa canción del injustamente infravalorado y desaparecido grupo Días de vino y rosas (antigua formación de Juan Aguirre) Biarritz (desmereciendo bastante a la original que era insuperable)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Amaral me apesta. Literalmente. Cuando veo una imagen suya me entra por la nariz un olor putrefacto, que me agria el estómago. Ni siquiera sus pintas de “prostitutilla” moderna me gustan porque, aunque a veces elija bien, su careto poco cercano hace que no merezca un segundo vistazo. Es la típica que va de mosquita… Es una versión joven de “Las Virtudes”. Cada vez que me descubro tarareando una canción suya me lavo la boca con jabón. ¡Uf! Hoy no estoy para perdonar.

Anónimo dijo...

Amaral me parecen un grupo correcto en el horror diario de las radio fórmulas y poco más. Parece que con este disco doble se han lucido. Tus análisis son un placer, implacables y llenos de talento Monsieur. Espero no caer nunca en desgracia contigo.

lady foster dijo...

A mí su single no me parece mal, pero el resto del disco (encima doble) es mediocre, todas las canciones iguales sin que ninguna sobresalga del resto. A veces la ambición juega malas pasadas y es mu probable que con un disco de 10 o 12 canciones hubiesen estado más acertados. De todas maneras, Pajaros en la cabeza ya apuntaba desgaste y repetición. Nunca volverán a hacer un Estrella de mar, que para mí es un disco mucho más que correcto

Blue Hawaii dijo...

Estoy de acuerdo en que este disco es muy mediocre y aburrido, no hay una sola canción que te llame la antención. Me quedo con sus dos primeros discos, y su voz en directo a mi si me parece una pasada