
A veces me lamento de que la economía no vaya tán mal como nos hacen creer. Así, gastarse cincuenta euros para poder ver uno de los mejores conciertos del año sería un evento realmente especial, al que solo iría aquel que estuviese realmente interesado en disfrutarlo y no en pasar la noche tomando copas como si estuvieses en cualquier club... porque lo del público de anoche en el palacio de los deportes no tiene nombre: que falta de respeto, cuanta gentuza junta hablando como cotorras sin parar (por no hablar de los que iban directamente puestos de MDMA....)
Por otro lado, casi hay que agradecer el incendio que acabó con el antiguo palacio, porque con la reforma se ha creado por fín una sala con una acústica realmente buena y suficientemente grande para poder disfrutar de un concierto semejante.
Una vez dicho esto, paso a hablar de lo realmente importante: THE CURE!
Con un montaje visual sobrio pero soberbio apareció la banda de Robert Smith formada por batería, bajo y dos guitarras (sin teclado, cosa que esta vez no se echó de menos), arrancando con la preciosa Plainsong, dejando claro lo grandes que son. Se notaba que Robert estaba contento y con ganas de agradar. A continuación Prayer for rain, con un bajo profundo que nos hacía vibrar, dando paso a Strange days, haciendonos creer que este concierto iba a ser muy oscuro, del estilo de la gira de Bloodflowers. Pero no, hacía mucho tiempo que The Cure no venía a Madrid, y había muchos fans a los que agradar... La noche transcurrió entre sus grandes éxitos y sus temas más personales, haciendo un concierto heterogeneo para el disfrute de todos. Así, durante más de dos horas, tocaron temas como Friday i´m in love, Just like heaven, Inbetween days, Love song, o Pictures of you (entre los primeros, se echó d menos Close to me), y To wish impossible things, A hundred years, o la gran y nunca suficientemente valorada (palabras de Monsieur)
In the edge of the deep green seas (de entre los segundos). Su voz, impecable, y su sonido, potente y perfecto como siempre.
Aprovecharon para presentar dos canciones de su nuevo y esperado doble cd, las cuales tienen realmente buena pinta, y encajan perfectamente entre su repertorio (al contrario que algún tema de su último disco, The Cure, que suenan forzadas y con muy poco interés)
Tras dos horas, el primer bis: El trio de ases formado por M, Play for today y The forest, clasicos en sus conciertos pero que nunca me canso de escuchar.
Y tras esto, la sorpresa: en su segundo bis, van y nos regalan prácticamente en su totalidad el disco Three imaginary boys, con Fire in Cairo, Killing an arab o boys don´t cry entre ellas, haciendo del palacio una gran fiesta.
Ya para acabar, un último bis: Why can´t i be you, con una linea de bajo cercano a la música funky, haciendonos bailar a todos.
Se nota que tras más de veinte años de carrera, The cure siguen en plena forma y con mucho que decir, y con mucho que disfrutar, y que sus directos siguen siendo apoteósicos, aunque en esta ocasión no nos dejasen con la misma sensación de haber sido testigo de algo único, irrepetible, como en el monte del Gozo (¿Culpa del público? seguro, ¿del repertorio?, tal vez)
En cualquier caso, grandes, muy grandes.