jueves, 28 de febrero de 2008

“SEVENTH TREE”: GOLDFRAPP VUELVEN A EMPEZAR

Nunca he sido un fanático de Goldfrapp. Su primer disco me parece bonito pero demasiado engolado. El segundo no me interesa así en general, imagino que porque cuando apareció yo estaba metido en otras cosas, pero algún día lo retomaré para poder dar una opinión, y el tercero, aún con temas muy brillantes (“Number one”, “Ooh la la”) me parece un trabajo con altibajos. Sin embargo es innegable que estamos ante una banda siempre interesante, con inquietudes y talento. Además Allison tiene carisma, sentido del humor, pose e imagen de súper estrella con cabeza.

Los fans de la banda se han apresurado a calificar su cuarto trabajo de estudio, “Seventh tree”, como el álbum folk del grupo. Personalmente, escuchando los diez temas que conforman su nuevo disco, a mí me parece que, afortunadamente o no, hay poco folk aquí. Desde luego han abandonado las pistas de baile y los neones, pero me parece bastante frívolo o gratuito calificar a un disco como “Seventh tree” como un trabajo folk, simplemente por ser reposado, lleno de medios tiempos.

“Seventh tree” es pop. Goldfrapp siguen haciendo pop. Siguen vistiendo sus temas con arreglos pop, un poco ampulosos y buscando la ensoñación, como hicieron en “Felt mountain”. Allison canta de maravilla, con delicadeza temas como “Eat yourself”, que comienza junto a una hoguera, pero pronto despega hacia los terrenos oníricos que tan bien manejan. Realmente me parece que “Seventh tree”, escuchando “Some people”, “Clowns” y sobre todo “Happiness” es un regreso a los terrenos enigmáticos, entre la intimidad y la grandilocuencia de su primer trabajo. Tampoco se olvidan de su tendencia al melodrama (“Cologne cerrone houdini”), ni de los estribillos pegajosos (“Caravan girl”), canción que no acaba de encajar en el conjunto, y cuyo único propósito parece ser lanzarlo como single que enganche y aumentar las ventas.

En definitiva, que “Seventh tree” se disfruta de principio a fin sin sobresaltos, sin mayores emociones. Porque su belleza me parece algo inofensiva, de manual, y desde luego no pasará a la historia de la banda como un trabajo revolucionario en su carrera, ni es en absoluto el álbum rupturista del que han hablado por ahí.

LO MEJOR; La belleza y el buen gusto (saber hacer, diríamos en Gesloten) en los arreglos que siempre les caracteriza.
LO PEOR; La sensación de deja vu que desprende el conjunto.
CALIFICACIÓN; 6,75/10

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dicen que en la casi ex discográfica de Madonna (warner) algunos la llaman "Oldfrapp" por copiarse un poquito de Goldfrapp. No lo he dicho yo, que nadie me linche...

lord carnavon dijo...

Oldfrapp? jejejeje