Sinéad saboteó su propia carrera musical a nivel comercial, no sé si adrede, por cansancio del mainstream o por ir demasiado de frente con ciertos temas: desde romper la foto del Papa en un programa en directo para denunciar los abusos sexuales a menores por parte de la Iglesia (el tiempo le ha dado la razón), pasando por negarse a actuar en EEUU si antes ponían el himno del país alegando que, al igual que en otras naciones, era una melodía creada para las guerras (no se lo han perdonado en el paranoico imperio); hasta liderar una campaña contra los piojos en los colegios de Dublín. Su bagaje vital y creativo es uno de los más extraños de la historia. Lo cierto es que, tras años presentándose como un personaje absolutamente fuera de control, ha obtenido el respeto y la admiración de artistas de toda índole que no dejan de requerirla para que colabore con ellos: Massive Attack, Ian Brown, Peter Gabriel, Moby, Bomb The Bass, U2 (estuvo años peleada con ellos porque pensaba que la banda de Bono tenía manipulada la escena musical irlandesa)… hasta la pesada de Rihanna ha solicitado a Sinéad que le escriba canciones para su próximo trabajo.
Rebelde, inconformista, loca de atar, antipática, tímida, bocazas… O’Connor ha recibido todos los apelativos habidos y por haber. Madre de cuatro hijos de cuatro padres distintos, diagnosticada como bipolar, algún intento de suicidio, ordenada sacerdote por un grupo católico independiente que critica a la santa sede por no permitir la existencia de mujeres curas, broncas y más broncas con todo el que se le pone por delante, con la justicia y con ella misma… últimamente muy calmada con sus devaneos religiosos rastafaris. Con una vida sentimental bastante turbulenta, llegó a dejar plantado a Anthony Kiedis, líder de Red Hot Chili Peppers, que se enamoró de ella a principios de los 90 y compuso el tema “I could have lied” tras la repentina espantada de Sinéad. Siempre regresa a Irlanda, el país que quiere y critica a partes iguales; el sitio que le vio crecer y ser como es -ella y sus circunstancias-; una tierra de la que también surgieron Enya, U2, The Cranberries o The Corrs (ninguno puede negar su procedencia); un lugar donde el conflicto todavía se respira en el aire; una ciudad, Dublín –en la que nació y vive en la actualidad-, donde en cada esquina se percibe el sufrimiento, bajo un potente olor a Guinnes, vertido por el terrorismo del IRA. ¿Cómo se traduce todo esto en los –un poco esquizofrénicos y algo oscuros- álbumes de O’Connor?The lion and the cobra (1987)
El interés por la religión comienza para Sinéad O’Connor desde su primer disco. El título, “The lion and the cobra”, procede del salmo 91:13: “caminarás sobre leones y cobras”. De hecho, Enya, que por aquel entonces iniciaba su andadura en solitario tras abandonar el grupo Clannad, recita el salmo 91 en gaélico en la canción “Never get old”. Una chica de apenas 20 años, procedente de la capital de Irlanda, rapada y con una mala leche interior brutal, noqueó un panorama musical internacional que alabó una fuerza de la naturaleza traducida en una voz tan personal como poderosa y unas letras de odio, amor y cierta venganza en unas composiciones que sólo ella parecía poder expresar. La caja de Pandora –en este caso de O’Connor- no había hecho más que abrirse de par en par, sin miramientos y casi sin avisar. El debut de la irlandesa tuvo una gestación complicada: se había quedado embarazada y la compañía intentó convencerla para que abortase, a lo que ella se negó. Por otra parte, tuvo serias disputas con los productores acerca de la manera de elaborar el disco. Sinéad pensaba que la estaban empujando a hacerlo demasiado celta, así que decidió acometer con la grabación ella misma a todos los niveles. Como ocurre con toda su música, pero en especial con este rara avis, definir “The lion and the cobra” es como tratar de describirle a un invidente el color rojo. Se trata de una pequeña, extraña y a la vez intensísima obra discográfica. Una de las mejores canciones que ha escrito y compuesto O’Connor es “Troy”, tan penetrante que no puede dejar indiferente porque pocas veces se han escuchado en un solo tema el amor, el odio, la venganza y la súplica entremezcladas en lo que se supone es un primer acercamiento hacia los abusos físicos y psíquicos que sufrió de niña por culpa de su madre, que le cruzaba la cara día sí y día también. Esta circunstancia marcará muchísimo los álbumes de la irlandesa, aunque según parte de su familia, entre ellos uno de sus hermanos, el escritor John O’Connor, tampoco fue para tanto. No es habitual expresar la rabia de manera tan bestial a la hora de cantar, y todo eso está encerrado en este track de seis minutos y pico. También destacan, aparte de la canción donde colabora Enya recitando en gaélico, “Never get old”, el single “Mandinka” –su primera escalada en las listas de ventas-; la bailable “I want your (hands on me)"; ó “Jackie”, que como muchos temas de Sinéad, comienza de manera delicada y luego explota como una bomba de racimo (fue posteriormente versionado por Placebo en la edición especial de su disco “Sleeping with ghosts”). Por otra parte, canciones como “Jerusalem”, “Just like U said it would B” o “Drink before the war”, demuestran de nuevo esa tremenda capacidad vocal de la irlandesa, siempre sumida en una furia de la que muchos ya empezaban a apartarse porque… eso iba a estallar en cualquier momento.
Como curiosidad, en Estados Unidos se lanzó “The lion and the cobra” con esta portada distinta en la que aparece una Sinéad adoptando una pose más calmada, ya que la versión publicada en Europa y otros países, fue vista por la discográfica como demasiado violenta. Puede que temieran que se confundiese con una vocalista agresiva o de estilo heavy. La cuestión es que en los temas que escribe O’Connor hay mucha rabia, como ya hemos explicado. La carátula original define a la perfección el conjunto del álbum… pero la versión estadounidense, en parte también. Una imagen puede valer más que mil palabras... a veces.
LO MEJOR: lo complicado que es definir este disco lo convierte en una producción bastante atractiva llena de furia, juventud e intensidad.
LO PEOR: han pasado dos décadas y todavía no lo han remasterizado.
DESTACABLES: “Troy”, “Jerusalem”, “Mandinka”, “I want your (hands on me)”, “Just like U said it would B”, “Jackie”…
PUNTUACIÓN: 10/10
I do not want what I haven’t got (1990)
A finales de los 80, Prince creó un grupo llamado The Family para su novia en aquel momento, Susana Melvoin (hermana del dúo Wendy & Lisa). Sacaron un álbum que fue un fracaso total, pero contenía una canción llamada “Nothing compares 2 U”. El manager del artista en esos años, Steve Fargnoli, representó algo más tarde a Sinéad O’Connor y le propuso grabar el tema. La irlandesa consiguió hacerlo número uno en todo el mundo gracias a un vídeo sencillo y precioso, con primeros planos de la cantante derramando lágrimas verdaderas. Como era de esperar, Prince se pilló un cabreo que le dura hasta hoy –aunque el dinero ganado por derechos de autor le ha tenido que venir fenomenal si atendemos a su escaso éxito comercial desde hace tiempo-. La cuestión es que la canción enterró bastante los otros tracks de este 2º trabajo, de ventas millonarias, y el resto de la carrera de O’Connor, sin centrarnos en sus justificadas e injustificadas salidas de tono. Pero “I do not want what I haven´t got” es mucho más que “Nothing compares 2 U”. En las letras, compuestas en su mayoría por la propia Sinéad, la irlandesa se quita la camisa y comienza a manifestar sus inquietudes políticas. En la bonita “Black boys on mopeds”, pone a caldo a Margaret Tatcher, en esos momentos primera ministra británica. Entretanto, en temas como el que da título al álbum, cantado a capella, o en “Feels so different”, realiza confesiones personales en las que explica sus cambios, sus inquietudes y su falta de ambición material. O’Connor vuelve a impedir que en muchos casos no sepamos cómo clasificar exactamente su música, como bien demuestra en la hipnótica “I am stretched on your grave”, donde mezcla el sonido celta con el hip hop sin cortarse un pelo (en el sentido metafórico, claro). Esgrime dulces baladas como “Three babies”, la más maternal, junto con retratos de rupturas (“The last day of our acquintance”, versionada por Michael Stipe en un concierto benéfico en 1996), reflexiones sobre la vida y la muerte (“You cause as much sorrow”), así como la industrial “Jump in the river” (previamente incluida en la banda sonora del filme “Married to the mob”) o su segundo single, “The emperor’s new clothes”, completan un trabajo redondo en el que la cover de Prince queda arrinconada y un poco fuera de juego.
LO MEJOR: casi todo.
LO PEOR: ese eclipse que supuso “Nothing compares 2 U”, una gran canción, pero también una de las más machacadas de la historia y de la que hemos acabado un poco hasta la peineta.
DESTACABLES: todas; “The emperor’s new clothes”, “Black boys on mopeds”, “I am stretched on your grave”, “Three babies”, “Jump in the river”,“The last day of our acquaintance”… también, “Nothing compares 2 U”…
PUNTUACIÓN: 10/10
Am I not your girl? (1992)
Tras el éxito de sus dos primeros discos, a O’Connor no se le ocurre otra cosa que hacer un álbum de versiones de canciones pertenecientes a la época entre 1920 y 1940 –probablemente, el periodo menos popular del siglo XX a nivel musical-. En el plano puramente comercial, no era buen momento para que un tercer disco fuese una colección de covers bañadas en el jazz más añejo. Paralelamente, las reivindicaciones políticas y demás historias muchas veces sacadas de contexto empezaron a ensombrecer el arte de la irlandesa. Sinéad comenzó a atacar a la Iglesia Católica por los abusos a menores (ella sufrió lo mismo con su madre, no a nivel sexual, sino materializado en palizas y maltrato psíquico). Una noche en un programa estadounidense llamado Saturday Night Live cantó una versión del tema “War”, de Bob Marley, y cambió la palabra “racismo” por “abuso de menores”. Posteriormente, rompió la foto del anterior Papa mientras decía “lucha contra el verdadero enemigo”. El resto ya lo conoce todo el mundo: O’Connor se convirtió en una paria total, sobre todo en Estados Unidos, donde la NBC todavía se niega a poner unas imágenes que dieron la vuelta al mundo.
El álbum “Am I not your girl?” contiene temas como “Don’t cry for me Argentina” (para mí uno de los peores clásicos de la historia, menudo tostón), o la canción que popularizó Marilyn Monroe, “I want to be loved by you”, entre otros. Podría ser una bonita banda sonora de algún filme de esa época, o un disco de estos que te sacas de la manga cuando ya llevas una larga carrera a tus espaldas, pero se queda en algo descafeinado y aburrido. No responde a las expectativas de nadie.
LO MEJOR: la versatilidad de la artista irlandesa a nivel interpretativo.
LO PEOR: Estoy a favor de luchar por los derechos humanos, que lo reflejes en tus temas, en el libreto… pero grabar un discurso al final del álbum sobre abusos sexuales a menores te deja con cara de dibujo manga porque una cosa es reivindicar, y otra metérselo a presión a los que compran el CD.
DESTACABLE: “Success has made a failure of hour home”.
PUNTUACIÓN: 4,5/10
Pincha aquí para leer la 2ª parte de la retrospectiva
9 comentarios:
Me ha encantado leer la retro. A mi a los artístas tan comprometidos me cuesta creermelos, y el rollo Juana de arco de Sinead ha conseguido alejarme de su música, a pesar de que no dudo que tendrá grandes temas, como has señalado.
sinéad es una artista que debe ser tenida en cuenta más allá de sus actuaciones polémicas.
todas ellas tienen su justificación, pero lamentablemente han ensombrecido su mérito artístico.
my buena esta primera parte de la retrospectiva.
the lion and the cobra es un disco fabuloso de principio a fin. un debut impresionante.
troy es, sencillamente, bestial. lo describes muy bien.
i don't want mantiene una línea muy buena con el anterior, pero me parece más irregular.
y i am not your girl es de esos discos de versiones que les da por sacar a todos los artistas. aunque la selección de temas es buena, no encaja en absoluto con su registro. lo tengo olvidado en el estante.
Sinead me interesa más bien poco, espeialmente por haber supeditado su música y su voz (muy interesantes a priori)a su vida personal y las polémicas en las que se ha visto envuelta (o más bien ella misma se ha buscado), pero tu artículo querida Gaspashá es para qitarse el sombrero. Felicidades
DIGAMOS ALGO POLÉMICO: me encanta Sinead, en especial por su música, pero cuando empezó a ser polémica me gustó más. O SEA, ME GUSTAS SINEAD PORQUE ERES UNA RARA Y UNA MODERNA. Sea como sea, la retrospectiva es magistral
Brillante Gaspashá. Es un placer leerte.
Gaspashá.. no hace falta que diga que tus retrospectivas son magníficas y no me pierdo ninguna (especialmente brillante, junto a esta, la de Alanis). Me ha encantado de principio a fin, y ha hecho que retome el interés por una artista a la que tenía un poco olvidada. Como bien dices, está como las maracas de Machín, pero vale la pena escucharla más allá de sus rollos personales y sus polémicas.
Gaspashá, mi calificación a tu entrada (como siempre): 10/10
qué maravilla de post, lady Gazpacha!!!
espero que empieces pronto a aprovechar tu don para escribir biografías, un abrazo.
Cain
Me parece una artista impresionante
con una musica intensa, en ese su primer trabajo musical: The Lion and The Cobra. Jerusalem y Troy son mis favoritos. los que faltan son geniales.
creo que sinead fue unica en su tiempo y segun he leido; hasta hoy no han podido decifrar que genero de musica fue The Lion and The Cobra. aplausos por eso.
en cuanto al post esta maravilloso. felicidades Gaspasha, felicidades.
Me ha gustado tu retrospectiva, aún cuando tengo que hacer una matización. El concierto de Barcelona no fue el primero de Sinéad en España. Estuvo en el 97 en el Doctor Music Festival, en los Pirineos (fue justo cuando ETA tenia secuestrado a Miguel Angel Blanco, y Sinéad le dedico unas palabras). Me encanta Sinéad, y encuentro fantástico su disco "Am I not your girl?", es perfecto para escuchar un dia gris de invierno. Como buena luchadora, solo ella podía atreverse a sacar un disco así después del éxito que tuvo con "I don't know what I haven't got", aunque estoy de acuerdo contigo que le sobra el último "track".
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