A pesar de estar catalogada por la crítica británica como uno de los mejores filmes de la historia del Reino Unido, “Lock, stock and two smoking barrels”, de Guy Ritchie es un truño descomunal elevado al cubo. Estrenada en 1998, la trama se centra en un grupo de mafiosillos de poca monta que viven en Londres y buscan su oportunidad para hacer negocio. Con constantes referencias a “Reservoir dogs” de Quentin Tarantino, es todo tan descarado, tan evidente y simplón, que la continua sensación de estar al borde del entretenimiento se desvanece como la niebla a primeras horas de la mañana. Planos rápidos, la típica voz en off, unos actores que parecen haberse aprendido el guión en plan loro (como cuando estudiábamos el día antes del examen) y una sucesión de acontecimientos previsibles conforman una película tan olvidable como carente de imaginación alguna. Siempre me han gustado las tramas que toman la ciudad o lugar en el que discurren como un personaje más. Ocurre en “Veronica Guerin” o “Escondidos en Brujas” y funciona bastante bien. Pero en este caso, “Lock, stock…” bien podría ocurrir en cualquier barrio cutre en las afueras de cualquier sitio. No hay Londres por ninguna parte, ni entidad contextual ni pinzas por donde coger esta chorrada supina. Bien es cierto que a la hora de acometer un guión de mafiosos y delincuentes, siempre se tendrá la fantástica e inigualable saga de “El Padrino” en la espalda. Pero hay muchas producciones que salen con decencia del examen. Y por supuesto una serie de corte insuperable como “Los Soprano”. Se pueden tener todas las referencias que quieras, pero tratar de imitar a Tarantino porque sí es como ponerse un traje de faralaes y ponerse a bailar como Lola Flores. Y encima a los pocos años, a Guy Ritchie no se le ocurrió otra cosa que casarse con Madonna y tiempo después dirigirla en otro filme que más vale no ver si se quiere preservar la salud mental. A nivel artístico, puede que haya sido el suicidio más brutal de la historia. Ni Larra pegándose un tiro. Para colmo, en "Lock, stock..." aparece Sting tratando de interpretar un papelucho de secundario de lujo. Otro que tal baila. 2/10











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