
Se publica ahora este “The crying light”, recibido con escepticismo por muchos de sus antiguos fans, entre los que me incluyo. He tenido que dedicar muchas escuchas a este álbum para dejar de lado mis prejuicios iniciales y empezar a apreciar de nuevo lo que Antony nos ofrece: la delicadeza, intimidad y belleza de su propuesta. “The crying light” no tiene la fuerza de su disco de debut, ni los hits enormes de “I am a bird now”, pero sí hay aquí canciones de esas que ponen los pelos de punta y te dejan con las emociones a flor de piel. Con el piano como base que guía el conjunto del disco, se alternan hermosas melodías con canciones más directas, cortas y optimistas, como “Epilepsy is dancing” o “Kiss my name”, aunque son estas las más flojas de este álbum, junto con el tema que da título al álbum, que resulta demasiado engolado y pretencioso incluso para él.
“The crying light” se abre con “Her eyes are underneath the ground”, bello tema donde la voz casi desnuda y frágil de Antony se acompaña de un piano al que se le unen tímidamente otros instrumentos. Si hay algo que defina a este disco y lo diferencia de los anteriores es la sobriedad de instrumentos: el piano predomina y solo suenan otros en momentos realmente necesarios. Esto recubre las canciones de mayor delicadeza y honestidad (cosa que no se creerán todos aquellos que tanto le detestan) y ofrece momentos preciosos como “One dove” o “Daylight and the sun”, momentos álgidos del álbum. “Dust and water” parece un homenaje a Angelo Badalamenti y Julee Cruise de los cuales ya versionó anteriormente “Mysteries of love”, y “Everglade”, canción que cierra el disco, es épica y perfecta como gran final.
Puede que Antony and the Johnsons ya no nos sorprendan, y puede que hayan perdido fans en el camino y que no ganen nuevos adeptos con este disco, pero siguen teniendo la misma capacidad de siempre de hacer canciones hermosas y exquisitas y arrastrarnos en un mar de sentimientos envolviéndonos con su belleza y su pesar.
Puntuación: 7,75/10
Lo mejor: “One dove”, “Daylight and the sun”
Lo peor: No asumir más riesgos
2 comentarios:
Un placer leerte Lady, como siempre, aunque a mí la señora Hegarty, más bien me da repelús, no son prejuicios ni odios, es que no puedo soportarlo -lo he intentado, incluso me gustó un poco un tema que aparece en la película de Otto; or up with dead people, pero es empezar a escucharle y me entran ganas de romper algo-. Por supuesto, mi respeto y admiración a quien le guste su música. Por cierto, ¿no os parece que físicamente cada vez se parece más a Isabel Coixet? Como según ella en una entrevista egocéntrica que le hizo en elmundo.es, son "almas gemelas" será que están en plena osmosis. Un abrazo
he dejado a la espera tu comentario a hacer el mío para no influirme. pero vaya, opinamos lo mismo
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