jueves, 8 de enero de 2009

THE CRYING LIGHT, LAS LÁGRIMAS DE ANTONY AND THE JOHNSONS

Difícil lo tenía Antony este año para superar su mediático 2008, en el que sus colaboraciones, especialmente con Hercules and love affair y su tema “Blind”, han acaparado la mayor parte de las listas de lo mejor del año; Más aún cuando la publicación del ep “Another world”, adelanto de su nuevo disco, ha pasado sin pena ni gloria, debido principalmente a lo lineal y monótono de sus canciones, de las cuales solo sobresalía y sorprendía (gratamente) “Shake that devil”.

Se publica ahora este “The crying light”, recibido con escepticismo por muchos de sus antiguos fans, entre los que me incluyo. He tenido que dedicar muchas escuchas a este álbum para dejar de lado mis prejuicios iniciales y empezar a apreciar de nuevo lo que Antony nos ofrece: la delicadeza, intimidad y belleza de su propuesta. “The crying light” no tiene la fuerza de su disco de debut, ni los hits enormes de “I am a bird now”, pero sí hay aquí canciones de esas que ponen los pelos de punta y te dejan con las emociones a flor de piel. Con el piano como base que guía el conjunto del disco, se alternan hermosas melodías con canciones más directas, cortas y optimistas, como “Epilepsy is dancing” o “Kiss my name”, aunque son estas las más flojas de este álbum, junto con el tema que da título al álbum, que resulta demasiado engolado y pretencioso incluso para él.


“The crying light” se abre con “Her eyes are underneath the ground”, bello tema donde la voz casi desnuda y frágil de Antony se acompaña de un piano al que se le unen tímidamente otros instrumentos. Si hay algo que defina a este disco y lo diferencia de los anteriores es la sobriedad de instrumentos: el piano predomina y solo suenan otros en momentos realmente necesarios. Esto recubre las canciones de mayor delicadeza y honestidad (cosa que no se creerán todos aquellos que tanto le detestan) y ofrece momentos preciosos como “One dove” o “Daylight and the sun”, momentos álgidos del álbum. “Dust and water” parece un homenaje a Angelo Badalamenti y Julee Cruise de los cuales ya versionó anteriormente “Mysteries of love”, y “Everglade”, canción que cierra el disco, es épica y perfecta como gran final.

Puede que Antony and the Johnsons ya no nos sorprendan, y puede que hayan perdido fans en el camino y que no ganen nuevos adeptos con este disco, pero siguen teniendo la misma capacidad de siempre de hacer canciones hermosas y exquisitas y arrastrarnos en un mar de sentimientos envolviéndonos con su belleza y su pesar.

Puntuación: 7,75/10
Lo mejor:One dove”, “Daylight and the sun
Lo peor: No asumir más riesgos

2 comentarios:

gaspashá gorkovskaya dijo...

Un placer leerte Lady, como siempre, aunque a mí la señora Hegarty, más bien me da repelús, no son prejuicios ni odios, es que no puedo soportarlo -lo he intentado, incluso me gustó un poco un tema que aparece en la película de Otto; or up with dead people, pero es empezar a escucharle y me entran ganas de romper algo-. Por supuesto, mi respeto y admiración a quien le guste su música. Por cierto, ¿no os parece que físicamente cada vez se parece más a Isabel Coixet? Como según ella en una entrevista egocéntrica que le hizo en elmundo.es, son "almas gemelas" será que están en plena osmosis. Un abrazo

Anónimo dijo...

he dejado a la espera tu comentario a hacer el mío para no influirme. pero vaya, opinamos lo mismo