Mientras millones de personas y sus aparatos auditivos celebran (celebramos) la disolución de La Oreja de Van Gogh (al fin, el gran genio del pelo rojo ha descansado en paz), una verdadera rockera, especie femenina en peligro de extinción ante la putrefacta invasión de Chenoas, Paulinas, Shakiras, Britneys, Jennifers y demás seres corrosivos, está a punto de regresar al panorama musical con nuevo disco. Se trata de Aurora Beltrán, la conocida líder del grupo Tahúres Zurdos. Tras la disolución de su banda en 2004, la autora de temas tan totales como “Tocaré”, “Vida real” o “Chicas fuertes” se dedicó a dar conciertos acústicos por toda España junto a la guitarrista Eva Rada. En uno de mis múltiples trabajos como periodista, tuve la suerte de entrevistarla en los camerinos de la Sala Galileo, de donde, todo debo decirlo, salí totalmente entregada a los beneficiosos efectos de la marihuana que fumamos.
No fue una simple entrevista. Aurora me dio una lección de vida y de ovarios absoluta. Le faltó ofrecerme “Clases de baile”, que así se titula el primer disco en solitario que está a punto de lanzar al mercado, y que ha contado con la colaboración del esperpéntico Bunbury, el ochentón Loquillo y la imposible Carmen París. En aquellos camerinos de la Sala Galileo de Madrid, en plena noche fría de enero, charlé con una tía que se ha partido, literalmente, la cara por la música. Aurora Beltrán no se ha cortado en reconocer que lo que Tahúres Zurdos sufrió en su época fue lo que ahora conocemos como mobbing: una banda injustamente tratada, constantes cambios de compañía, persistente requerimiento de ganancias por parte de aquellos que se creían los reyes del mambo (las grandes discográficas)…
Pero nenes y nenas, muchas veces, todo lo que sube, si no lo cuidas, baja estrepitosamente y se estrella contra el suelo dejando una tremenda mancha de sangre y vísceras. Con el imparable aumento de los precios de los discos (nunca comprendí que la cultura cueste tanta pasta...) llegaron la piratería y las masivas descargas de música por Internet (el origen de esto último, reside en las cintas que nos grabábamos cuando éramos niños y adolescentes). Muchos fueron los cantantes y las bandas víctimas de la nueva coyuntura. Y el resto, tuvieron que reinventarse y ponerse a dar conciertos como posesos, que es con lo que ganan ahora dinero. Porque antes de esta situación, nada impedía que grupos de calidad como Tahúres Zurdos, sin tener demasiadas ventas, dejaran de grabar buenos discos.
Pero, a pesar de todo, los que realmente viven y sienten la música, y se la toman como un oficio, han permanecido cómodos en el mundo de los respetados. Y ahí se sitúa Aurora Beltrán, cuya carrera también se ha visto ralentizada por su negativa a chupar pollas, como ella misma ha reconocido sin tapujos, con su guitarra bien cerca y las piernas subidas en una mesa… mostrando botas de cuero negro. Como una tía de verdad.
Con esa voz rasgada, hija de padres obreros y procedente de las frías tierras de Pamplona, Aurora ya adelantó en los conciertos acústicos que ofreció a principios de 2005 algunos temas de sus “Clases de Baile”, entre ellos, “Silencio” o “Valkirias”. Previamente, se endeudó hasta las trancas con el banco por sacar su último disco con Tahúres Zurdos, el directo “17 años”, que contó con la colaboración de Luz Casal, cantando a dúo el tema “Miles de besos”. Eso es ser guerrera y rockera. La Beltrán es auténtica, se mire por donde se mire. Es una tía con un par de ovarios que consiguió que conocerla hiciese que encontrara un buen motivo para ser periodista. “¿Quieres aprender a tocar la guitarra?”, me preguntó, “pues adelante, colega, que nunca es tarde”. Tenía razón.
No fue una simple entrevista. Aurora me dio una lección de vida y de ovarios absoluta. Le faltó ofrecerme “Clases de baile”, que así se titula el primer disco en solitario que está a punto de lanzar al mercado, y que ha contado con la colaboración del esperpéntico Bunbury, el ochentón Loquillo y la imposible Carmen París. En aquellos camerinos de la Sala Galileo de Madrid, en plena noche fría de enero, charlé con una tía que se ha partido, literalmente, la cara por la música. Aurora Beltrán no se ha cortado en reconocer que lo que Tahúres Zurdos sufrió en su época fue lo que ahora conocemos como mobbing: una banda injustamente tratada, constantes cambios de compañía, persistente requerimiento de ganancias por parte de aquellos que se creían los reyes del mambo (las grandes discográficas)…
Pero nenes y nenas, muchas veces, todo lo que sube, si no lo cuidas, baja estrepitosamente y se estrella contra el suelo dejando una tremenda mancha de sangre y vísceras. Con el imparable aumento de los precios de los discos (nunca comprendí que la cultura cueste tanta pasta...) llegaron la piratería y las masivas descargas de música por Internet (el origen de esto último, reside en las cintas que nos grabábamos cuando éramos niños y adolescentes). Muchos fueron los cantantes y las bandas víctimas de la nueva coyuntura. Y el resto, tuvieron que reinventarse y ponerse a dar conciertos como posesos, que es con lo que ganan ahora dinero. Porque antes de esta situación, nada impedía que grupos de calidad como Tahúres Zurdos, sin tener demasiadas ventas, dejaran de grabar buenos discos.
Pero, a pesar de todo, los que realmente viven y sienten la música, y se la toman como un oficio, han permanecido cómodos en el mundo de los respetados. Y ahí se sitúa Aurora Beltrán, cuya carrera también se ha visto ralentizada por su negativa a chupar pollas, como ella misma ha reconocido sin tapujos, con su guitarra bien cerca y las piernas subidas en una mesa… mostrando botas de cuero negro. Como una tía de verdad.
Con esa voz rasgada, hija de padres obreros y procedente de las frías tierras de Pamplona, Aurora ya adelantó en los conciertos acústicos que ofreció a principios de 2005 algunos temas de sus “Clases de Baile”, entre ellos, “Silencio” o “Valkirias”. Previamente, se endeudó hasta las trancas con el banco por sacar su último disco con Tahúres Zurdos, el directo “17 años”, que contó con la colaboración de Luz Casal, cantando a dúo el tema “Miles de besos”. Eso es ser guerrera y rockera. La Beltrán es auténtica, se mire por donde se mire. Es una tía con un par de ovarios que consiguió que conocerla hiciese que encontrara un buen motivo para ser periodista. “¿Quieres aprender a tocar la guitarra?”, me preguntó, “pues adelante, colega, que nunca es tarde”. Tenía razón.
8 comentarios:
Querida Gaspashá, pensaba que habias plantado en el post una foto de una Madonna en horas bajas (es decir actual). A pesar de mi escepticismo y reservas ante las mujeres rockeras "con su guitarra bien cerca y las piernas subidas en una mesa… mostrando botas de cuero negro", he leido el post con atención y te felicito por el mismo. Espero que llamar ochentón a Loquillo no provoque un alúd de protestas de ciertos talifanes sin sentido del humor, ni charme ni nada de nada...
Querido Truman: disculpa mi lenguaje, no es propio de una "gaspashá" (señorita), ya sabes que el español que sé lo aprendí viviendo en los bajos fondos de Madrid. Que me perdonen los fans de Loquillo por anticipado. Cuesta definir a alguien cuyas letras eran algo así como "yo para ser feliz quiero un camión", jeje. Un abrazo desde la helada San Petersburgo.
... y es cierto, Madonna está en horas muy bajas (más si cabe, porque bien saben los antiguos zares que siempre la he considerado El Gran Producto).
Suerte que estoy en Rusia porque después de esto...
Querido Gaspashá,
No vayas a cambiar los ovarios por los cojones, te convertirías en un gazpacho y no estoy segura de que tendrías mucho éxito por la gélida Rusia siendo tú un plato veraniego andaluz.
No te preocupes : puedes quedarte en Madrid. En esos tiempos de adulaciones en serie en la que el público se arrodilla a veces delante de unos ídolos de plástico, nos hace falta gente iconoclastas.
Y tú, de iconos sabrás mucho en tu lejano país ortodoxo.
La mala noticia de este post : la disolución de la Oreja de Van Gogh : duro golpe para la música ...
Tengo que daros una triste noticia. La oreja de Van Gogh no se han separado, sólo han prescidido de Amaya pero amenzan con encontrar otra vocalista y seguir torturándonos con sus moñeces.
Siendo inquietante lo que oportunamente señala Monsieur August, he de decir que lo peor no son los discos que publiquen ellos. No os olvideís que además tendremos disco en solitario de Amaia. Esto es lo realmente aterrador del asunto. A mí ellos como que me dan igual, bastante han tenido los pobres chavales aguantandola tantos años...Lo agusto que se habrán quedado.
Querida Sakena: sabes que una transexual de país como yo nunca cambiaría ovarios por cojones, jeje. Gracias por ese piropazo (plato veraniego andaluz, hot hot hot, como las mujeres de Venus)
Querido Monsieur August: sospechaba lo que comentas, pero al confirmarlo tú me ha dado una subida de leche de la que dudo poder recuperarme.
Querido Truman: tienes razón, gusten o no estos moñas, habrán perdido peso y todo al haberse librado de ese saco de patatas con voz nasal que tenían como vocalista.
Querida Gaspashá he de reconocer que tanto Aurora Beltrán como el término ovarios es algo que me echa para atrás pero la calidad de tu pluma es tal que ha resultado un auténtico placer leer tu magnífico post.
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