Poco más puedo añadir a los artículos sobre lo mejor y lo peor de la música en 2007, escritos por Truman Von Harket, y a lo mejor según Charmeur Kiwi. En primer lugar, porque no ha llegado a mis oídos ni la quinta parte de lo que han escuchado mis queridos y admirados compañeros; en segundo lugar, porque tengo que reconoceros que estoy totalmente anclada a décadas pasadas (sí, soy de los que esperan que viejas glorias saquen un disco, a costa de los múltiples chascos que eso conlleva); y en tercer lugar porque, en lo que llevamos de siglo XXI, lo poco que he descubierto en cuanto a grupos y cantantes nuevos no me ha llamado la atención en absoluto. No obstante, quiero comentaros los tres álbumes que más me han gustado a lo largo de este año. La decepción ya la conocemos todos: a estas alturas, ya le vale a la artista en cuestión.
Interpol: Our love to admire
Interpol: Our love to admire
De momento, Interpol es una de las pocas bandas surgidas en estos últimos años que me ha llamado realmente la atención. Los más enteradillos no paran de compararles con Joy Division (que por cierto, sacaron un solo disco porque el cantante se suicidó, por eso ya se ha convertido en obra de culto; vamos, que Larra por pegarse un tiro también es escritor imprescindible hasta para los que no han leído un solo texto suyo…). El caso es que aquí nadie puede ir de original a día de hoy y el arte, en todas sus disciplinas, se nutre constantemente de cosas anteriores (tampoco hay que pasarse, Ana Rosa…). Los músicos, aún poniendo su toque particular, tienen referencias. A mí no me parece malo. ¿Alguien piensa que Britney Spears es la primera que se ha rapado la cabeza? Sinèad O’Connor lo hizo mucho antes, y Claude Cahun, esa fantástica artista multidisciplinar de finales del XIX y principios del XX, también. Los chicos de Paul Banks han realizado tres discos bastante interesantes. Tras publicar “Turn on the bright lights” y “Antics”, “Our love to admire” es un trabajo absolutamente redondo y bien rematado.
Temazos: “Pioner to the falls”, “Rest my chemistry”, “Pace is the trick”, “The Heinrich maneuver”, “No I in threesome”, “The lighthouse”…
Puntuación: 9,5/10
P.J. Harvey: White chalk
Como bien dijo la gran Lady Foster en su post sobre el último disco de P.J. Harvey, White Chalk, la cantante ya demostró en el pasado Summercase que ella solita es capaz de llenar un escenario sin la necesidad de una banda como acompañamiento y a pesar del jaleo que había fuera de la carpa en la que dio el recital. Como en la portada de este nuevo trabajo, iba vestida de novia yanqui y adelantó algunos temas que no pudieron saborearse bien, ya que en este tipo de festivales resulta casi imposible distinguir entre la petarda que canta a tus espaldas, el patoso que te tira el mini encima o el artista en cuestión subido al escenario. P.J. Harvey ha realizado el que para mí, es uno de sus mejores álbumes, con canciones parapetadas en un minimalismo basado en el piano y poco más. La fiera se calma aparentemente, pero lanza mensajes igual de descarnados y lúgubres que en sus anteriores entregas: aborto, pérdida, melancolía, muerte… depresión total como te dejes llevar un poco. El disco es tan delicado a la vez, tan íntimo, que hasta cuesta sacarlo de su envoltura (literalmente hablando).
Temazos: “The devil”, “When under ether”, “White chalk”, “Grow grow grow”, “Silence”, “The mountain”…
Puntuación: 9/10
Dolores O’Riordan: Are you listening?
Primer disco en solitario de la conocida líder de The Cranberries, Dolores O’Riordan. Ella no ha parado de decir que no tiene nada que ver con lo que ha hecho con su ex banda, pero no es cierto porque “Are you listening?” no deja de recordar lo que la irlandesa componía en sus tiempos con el grupo que la hizo famosa (sobre todo en sus dos últimos trabajos con The Cranberries, “Bury the hatchet” y “Wake up and smell the coffee”). No es que sea un disco que deje con la boca abierta, pero no está mal resuelto. Con “Are you listening?”, Lolita O’Riordan ha seguido fiel a su estilo característico, sobre todo en esos medios tiempos que estallan cuando menos te lo esperas (“In the garden”, “Stay with me”, “Black widow”) y a través de letras que, eso sí, dejan entrever que la chavala ha superado traumas del pasado y ahora navega por su melancolía de forma mucho más contundente. Al igual que ocurre con todos los discos con The Cranberries, tras comienzos bestiales, Dolores no puede evitar perder un poco el norte a partir del corte 8 o 9. No obstante, se perdona.
Temazos: “Ordinary day”, “When we were young”, “In the garden”, “Loser”, “Stay with me”…
Puntuación: 7/10
La decepción: “Songs of mass destruction”, de Annie Lennox
Truman ya comentó en su día todo lo que hay que saber sobre el último disco de Annie Lennox. Ha sido una de las grandes decepciones del año a pesar de que buena parte de la crítica se ha vuelto a rendir a los encantos de la artista escocesa. Y yo, tan inocente, esperaba el nuevo trabajo de esta mujer con expectación; puede que por ser una idealista que siempre ha visto en Annie Lennox un raro ejemplar con una potencia vocal espectacular. Es una de las cantantes más respetadas en el panorama musical, pero todo tiene un límite. El hecho de tener una voz tan alucinante y una imagen tan atrayente (que con este último trabajo ha perdido mucho fuelle), no es excusa para sacar al mercado un bodrio que yo más bien titularía “Canciones de aburrimiento masivo”. Se salvan dos o tres temas, como mucho y porque recuerdan a Eurythmics (“Dark road”, “Coloured respread”). A estas alturas, se espera más de gente como Annie Lennox, y por más que lo he escuchado, “Songs of mass destruction” te deja con cara de paisaje nuclear. Además, ese rollo de “voy a salvar el mundo del SIDA” a través de temas como “Sing” ha supuesto uno de los grandes engaños marketinianos de los últimos tiempos. En esta canción se supone que iba a reunir a 23 artistas femeninas para hacer los coros (Dido, K.D. Lang, Madonna…): aparecen en los créditos del CD, pero no se las distingue en ningún momento. En definitiva, la Lennox ha puesto un pastel envenenado a mil kilómetros de la salida de un colegio; envenenado porque entre esa pila de cantantes figuran esperpentos radioactivos como Celine Dion o Shakira… Como anécdota cabe destacar que muchos fans de Madonna pensaban que el proyecto iba a ser un dúo entre Annie y la pequeña Ciccone (Madonna canta mal, pero no es tan tonta como para hacerlo con una Lennox que la supera con creces). El año que viene, Annie ha anunciado que va a hacer un disco más bailable. No sé si será porque su compañía de discos ya le ha dicho que se vuelva a Aberdeen para tratarse la depresión con la que convive desde hace años.
Temazos: “Dark Road”, “Coloured redspread” y “Through the glass darkly”, como mucho.
Puntuación: 4/10
Temazos: “Dark Road”, “Coloured redspread” y “Through the glass darkly”, como mucho.
Puntuación: 4/10
3 comentarios:
Querida Gaspashá, aunque no este muy de acuerdo con tu selección, solo puedo darte la enhorabuena por tu post. Leerte es siempre un placer. De acuerdo en lo de Lennox, está claro, y en parte en lo de Dolores ORiordan, aunque a mí me gustan más las últimas canciones del disco (Angel fire y Ecstasy). Interpol y la "bella" y "estilosa" PJ no me hacen la mas mínima gracia.
Me he reido mucho con lo de Lennox y desde luego me gustan mucho los Interpol (aunque yo soy más del Antics) pero, por Dios Gaspashá, decir que Joy Division es de culto porque Ian Curtis se suicidó me parece un poco gore... quiero pensar que es una forma de hablar.
En cualquier caso, un placer leerte, como siempre.
Querido Truman: un placer que me leas, y lo cierto es que he tomado muy buena nota de tu selección musical. Si sigo esperando a que viejas glorias saquen discos buenos (Annie Lennox, Smashing Pumpkins, etc...) va a terminar por darme algo.
Querido Lord Carnavon: tienes razón, soy un poco "gore", jeje (este humor negro mío va a acabar con hundir totamente mi reputación)
Publicar un comentario