Está claro que existen un buen número de cantantes y actrices, metidas a cantantes, que, a pesar de lo limitado de su registro, tienen encanto; pero yo tengo debilidad por las que son decididamente malas, aquí van algunos ejemplos.
Brigitte Bardot, en teoría la actriz quiso que desapareciera su versión del Je t’aime moi non plus porque era demasiado escandalosa pero yo apostaría a que se dio cuenta de que sus inexistentes dotes para el canto podrían arruinar su carrera.
Lo de Catherine Deneuve no tiene nombre. Es doloroso escucharla. No sentir vergüenza es imposbible. Su interpretación de la canción Souviens-toi de m'oublier junto a Serge Gainsbourg se escapa al entendimiento de cualquier persona con algo de juicio y es de lo peor que se puede escuchar en la discografía del genio francés.
Aunque La buena vida es una de nuestras bandas favoritas hay que reconocer que parece que Irantzu Valencia se deja la vida en el intento cada vez que canta. Su escaso registro acompañado de uno de los tonos de voz femeninos más feos que recuerdo hacen que cada vez que interviene Mikel Aguirre creamos que estamos oyendo a un ángel por comparación. Aún así nos encanta.
Virginia Glück. La hija del compositor Jesús Glück sacó un arriesgado disco en 1996 con claras influencias de Kate Bush. La ex bailarina llevó un poco al límite el concepto y en ocasiones da un poco de miedo o parece que está realmente loca. A pesar de ello Entre Ánimas es un disco fascinante. En 2000 publicó otro álbum que ni de lejos tenía la brillantez de su primer proyecto.
No es que Helena Miquel de Facto delafe y las flores azules cante mal, es que no canta, cosa que le agradecemos porque nos encanta que nos hable y no arriesgue entonando melodías. Bien hecho.
Penélope Cruz (o quienes la dirigen) consciente de sus limitaciones como cantante ha preferido delegar en intérpretes profesionales en las escenas musicales de sus películas, véase La niña de tus ojos o Volver. Pero la bella española se atrevió a interpretar el tema de Serrat, por el que sus padres le pusieron su nombre, para un disco cuyos beneficios fueron a parar a la fundación Sabera. El tema ha desaparecido del mapa a pesar de que incluso se llegó a rodar un videoclip. Os aseguro que es mejor así.
Romina Power, con diferencia mi preferida. Este bellezón, que inexplicablemente se enamoró de esa especie de castrati enano llamado Albano Carrissi, a pesar de tener la voz más grave que Constantino Romero, se convirtió en uno de los mitos eróticos de todos los chavales que en los ochenta veían Entre amigos, ese gran programa donde José Luis Moreno mostraba sus dotes para los idiomas y su sabe hacer.
Alizee. El penúltimo intento de Lolita francesa a pesar de tener una frente en la que se podía jugar perfectamente al frontón y antes de plantarse dos balones a modo de pechos conquistó a medio mundo con una voz muy grave nada común entre las cantantes francesas. Para colmo no se cansó de demostrar en directo que no se puede cantar peor.
3 comentarios:
Me ha encantado tu post Monseiur. Siempre preferiremos a cantantes con técnica dudosa pero estilo propio como estas frente a petardas con vozarrones de los que atormentan como Leona Lewis, Maruaia Obregón Carey o la yonki de Wihtney Houston.
Estupendo post admirado e idolatrado Monsieur. Te superas y te creces en tu excelente literatura. Estoy de acuerdo, como dice también El Rey Pescador, en preferir a cantantes con personalidad y estilo propio por encima de todo. Bien es cierto que también es digno de admirar tener una buena voz, Cyndi Lauper por ejemplo la tiene, pero aporta una actitud muy particular, diferente, al contrario que las bien llamadas petardas que nombra El Rey Pescador.
virginia glück me dejó hipnotizado cuando la descubrí. se pasó de moderna
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