Como ya sabemos, los cantantes y grupos ya no sólo pueden vivir exclusivamente de la venta de discos. El bolsillo de la artista estadounidense Tracy Chapman debe haber empezado a resentirse, y tras diez años sin hacer una gira decente, ha anunciado que va a comenzar este invierno una tanda de conciertos por Europa. Para variar, de momento no viene a España. Además, ya tiene preparado su octavo álbum de estudio, que lleva por título “Our bright future”.
Chapman es una de las pocas voces afroamericanas –por no decir la única- que hay pululando por mi discoteca privada. Junto a Suzanne Vega o Tanita Tikaram, abanderó la moda de cantautoras “folk” que surgió a partir de la segunda mitad de los 80 (Vega fue la primera, todo hay que indicarlo). Ellas representan momentos íntimos y sosegados en casa, y también invitan a descansar un poco de otros estilos musicales. Tras cinco primeros discos bastante aceptables –sobre todo con el que se dio a conocer-, Tracy publicó dos trabajos más bien flojos en comparación con los anteriores. Discreta hasta decir basta, poco se sabe de su vida privada, salvo lo básico. Tras años de especulación sobre su orientación sexual –algo muy obvio, por cierto, pero que hoy día no debería importarle a nadie- a Chapman debió de quedársele cara de pintura cubista cuando la escritora Alice Walker (“El color púrpura”), reveló en 2006 que había mantenido una relación sentimental con ella durante los años 90 (y que además, se lo había pasado bomba).
El nuevo trabajo de Tracy Chapman se une a la lista de artistas que publicarán álbumes antes de final de año. Teniendo en cuenta la irregularidad de los dos últimos discos de la cantante estadounidense –que tampoco llegan a ser malos-, el nivel de interés es medio.
Chapman es una de las pocas voces afroamericanas –por no decir la única- que hay pululando por mi discoteca privada. Junto a Suzanne Vega o Tanita Tikaram, abanderó la moda de cantautoras “folk” que surgió a partir de la segunda mitad de los 80 (Vega fue la primera, todo hay que indicarlo). Ellas representan momentos íntimos y sosegados en casa, y también invitan a descansar un poco de otros estilos musicales. Tras cinco primeros discos bastante aceptables –sobre todo con el que se dio a conocer-, Tracy publicó dos trabajos más bien flojos en comparación con los anteriores. Discreta hasta decir basta, poco se sabe de su vida privada, salvo lo básico. Tras años de especulación sobre su orientación sexual –algo muy obvio, por cierto, pero que hoy día no debería importarle a nadie- a Chapman debió de quedársele cara de pintura cubista cuando la escritora Alice Walker (“El color púrpura”), reveló en 2006 que había mantenido una relación sentimental con ella durante los años 90 (y que además, se lo había pasado bomba).
El nuevo trabajo de Tracy Chapman se une a la lista de artistas que publicarán álbumes antes de final de año. Teniendo en cuenta la irregularidad de los dos últimos discos de la cantante estadounidense –que tampoco llegan a ser malos-, el nivel de interés es medio.
1 comentario:
no ha hecho discos malos, pero inguno se acerca a su debut, y eso es lo que la ha lastrado
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