jueves, 3 de abril de 2008

“LAST NIGHT”, MOBY TAMBIEN BAILA

Moby es un músico que a nadie parece caer bien. Desde que alcanzara el éxito masivo con “Play” (1999), su público natural hasta entonces, alternativos con aspiraciones de modernos, le han dado permanentemente la espalda, considerándole demasiado mainstream. Cosas de modernos. Por otro lado, el público en general consideró sus trabajo posteriores “18” (2002) y “Hotel” (2005) demasiado experimentales o atípicos como para devolverle a los primeros lugares de las listas de ventas. De esta forma Moby se encuentra en una incómoda posición, ignorado por el gran público y ninguneado por los enterados.

Ante esta tesitura, el neoyorquino ha afrontado su última obra, “Last night”, de la única forma posible, con total libertad artística, consciente de no tener que contentar ya, por imposible, ni a unos ni a otros. Escuchando este trabajo solo nos queda lamentar que no tomara esa decisión un par de discos atrás, porque estamos ante uno de los trabajos más disfrutables y ricos en cuanto a influencias del artista. Moby ha contado con colaboraciones vocales de MC Grandmaster Caz, Sylvia, MC Aynlzi y 419 Squad para este trabajo.

“Last night”, en palabras de Moby, es un disco ecléctico de baile. Y lo cierto es que después de sus devaneos con el pop y el rock más convencional en su anterior trabajo, los sonidos de este le devuelven claramente al terreno de la electrónica, que es donde mejor se desenvuelve. Concebido como una carta de amor a la música de baile que se escucha en los clubs de su ciudad, Moby estructura su álbum con una clara división entre temas atmosféricos de una elegancia indudable, guiados o por el piano o por un sencillo y suave synth y con una marcada sensualidad, que podríamos entender como el regreso a casa acompañados, o no, tras una noche de desenfreno (“Last night”, “I’m in love”, “Degenerates" que recuerda poderosamente a los mejores cortes de “Play” o la tensión dramática de “Mothers of the night”), y el grueso del álbum que es música de baile llena de recovecos y estimulantes giros formales/emocionales, que oscilan entre la graciosa cursilería del estribillo de “Ooh yeah” que recuerda inevitablemente a ABBA, las atmósferas chill de “I love to move in here”, y la euforia con coros góspel de “Everyday It’s 1989” y “Disco Lies”; la distinción y melancolía de “Live for tomorrow” , el rap con melodía de “Alice”, el petardeo desaforado de “The stars” y los susurros franceses de “Hyenas” sobre un colchón de sintetizadores.

“Last night” es definitivamente un trabajo lleno de matices, giros y sorpresas, con tal cantidad de referencias que resulta difícil resumirlas en unas cuantas líneas, y está a la altura de los mejores discos de su autor.

CALIFICACIÓN; 7,75/10
LO MEJOR; La calma tras la tempestad de sus temas más pausados.
LO PEOR; Que la primera idea en que pensamos cuando oímos “disco de baile” sea retro rancio con vocoder o hardtrance puro y duro, solo apto para futuros miembros de Proyecto hombre.
IMPRESCINDIBLES;I love to move in here”, “Everyday It’s 1989”, “Live for tomorrow”, “Degenerates”, “Mothers of the night”.

3 comentarios:

monsieur august dijo...

Qué razón tienes, menudos temazos, quien lo podría esperar a estas alturas

Anónimo dijo...

Nadie podría esperarlo me parece a mí. Que perezón daba este disco, pero gracias a nuestra admirada Lady Foster, que nunca se resigna, tenemos este discazo en nuestras manos, o mas bien, en nuestros altavoces.

Anónimo dijo...

Buen disco, arrebatador "Every day it´s 1989"