
Hasta aquí, ningún problema, cada uno hace lo que quiere y más si el objetivo es un viaje de fin de curso, fondos para un fundación o lo que sea. No obstante, no deja de ser triste que la única forma de llamar la atención sea ésta, especialmente en los casos con un motivo más serio.
El caso más extremo me lo encontré ayer en la edición digital del Levante, donde venían las fotos de un calendario protagonizado por inmigrantes subsaharianos para ayudar a una fundación dirigida a gente como ellos. No dudo que la intención sea buena, pero me resulta un tanto frívolo todo el tema.
No sé si es que estoy sentimental hoy, pero quizá algún día no haga falta desnudarse para llamar la atención sobre algo así.
1 comentario:
Estoy totalmente de acuerdo contigo, el tema de estos calendarios me parece una auténtica mamarrachada. Un abrazo y feliz 2009
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