martes, 5 de agosto de 2008

PASOLINI: RETROSPECTIVA



Uno de los mayores exponentes del cine italiano y uno de los más incomprendidos e injustamente tratados es Pier Paolo Pasolini. Su obra, tanto literaria como cinematográfica es bien compleja y tiene múltiples lecturas por lo que dejaré a un lado su biografía para centrarme en parte de su obra cinematográfica.


Pasolini comienza su carrera como director en 1961 vinculado al neorrealismo italiano. Sobre el neorrealismo, qué decir, un cine lejos de las superproducciones, que retrata el día a día de los italianos más humildes tras la guerra. Sus emociones, sus temores, su lucha por la supervivencia, todo rodado casi constantemente en exteriores, con los destrozos de los bombardeos de fondo y con frecuencia interpretado por actores no profesionales. En este momento el cine italiano vive una auténtica edad de oro: Antonioni, Visconti, Rossellini, De Sica... y cómo no, Pasolini, creadores de auténticas joyas que no por dar qué pensar resultan menos entretenidas.


Su primera película Accattone, protagonizada por el que sería su actor fetiche Franco Citti, narra sin contemplaciones la vida en los suburbios de Roma de un chulo que sólo sabe vivir de las mujeres. La dureza de la situación económica, la rabia, el egoísmo como forma de supervivencia y un curioso sentido del humor negro impactaron a la crítica de la época, por lo que puede hablarse de un exitoso debut. La fotografía, los exteriores y la numerosa presencia de romanos como extras hacen aún más verídica la trama.





Mamma Roma en 1962 continua con este estilo, apoyándose ahora en la intepretación de la enorme Ana Magnani junto a Franco Citti. Mamma Roma es una prostituta talluda que sueña con un futuro burgués. La situación se lo permite y se muda con un trabajo respetable a un edificio decente junto a su hijo Ettore. El problema es que su hijo es débil de carácter a los ojos de su madre que está dispuesta a todo para no perder la posibilidad de una vida con la que siempre soñó. Realismo de posguerra sin ambajes.







Tras unas cuantas películas Pasolini estrena en 1964 el Evangelio según San Mateo, una curiosa película en la que el director huye de la iconografía clásica para mostrarnos la Palestina más miserable. Resulta chocante que una película como esta, rodada por un ateo y en la que el mensaje de Jesús parece salido de la boca del mismo Marx haya sido calificada por el Vaticano como la más acertada sobre el personaje hasta la fecha. Jesús está interpretado por un jovencísimo español exiliado y el resultado está en las antípodas del cine de Semana Santa de Hollywood. Eso sí, no es una película sencilla y puede resultar algo pesada.



Pajaritos y Pajarracos de 1966 es una ácida película en la que un padre y un hijo viajan para pedir una moratoria sobre una deuda. Durante el camino charlan sobre la vida y la muerte con un cuervo que dice ser un intelectual marxista de la vieja guardia que afirma que la humanidad se divide en dos parcelas: la que habitan los pajaritos y la que habitan los pajarracos. Toda un fábula en clave actual.



En 1967 Pasolini cambia de rumbo con el estreno de Edipo Rey, primer coqueteo del director con los textos clásicos, en este caso Sófocles. Pasolini, conocedor de los clásicos, sabía que los griegos inmortalizaron todos los grandes dramas humanos y acude a ellos como excusa para reflejar los conflictos intemporales entre la familia.





En 1968 llega su consagración internacional con Teorema, protagonizada por Terence Stamp y Laura Betti. Un desconocido llega a una familia bien y va seduciendo uno por uno a todos sus miembros en medio de una atmósfera a medio camino entre lo sórdido y la sensualidad. Las interpretaciones han sido tan variopintas que se ha llegado a identificar a ese extraño con Dios e incluso con el diablo, imprescindible juzgar por uno mismo.




Tras la escandalosa y aún así exitosa La Pocilga (1969) llega en 1970 Medea, protagonizada nada menos que por Maria Callas. Eurípides es ahora la base para elaborar este relato en el que aparte de la interpretación de la diva (siempre tremenda), destaca sobre todo lo demás la capacidad de Pasolini para imaginar un mundo del que no sabemos nada. Desde el Evangelio según San Mateo, Pasolini demostró que cuando acudía al pasado y le faltaban datos sobre la ropa, escenarios, etcétera su capacidad de ensoñación estaba por encima de aquello. Pasolini crea una imagen de la antigüedad totalmente personal y al vez plausible. Lejos del kitsch hollywoodiense, Pasolini se basa en el arte clásico mediterráneo y en la geometría para crear un sorprendente mundo desconocido y exótico que por sí mismo justifica la película.



Después de toda esta obra, los 70 se inician con La Trilogía de la Vida compuesta por El Decamerón, Los Cuentos de Canterbury y Las Mil y Una Noches, que muchos habrán visto casi a escondidas durante su adolescencia cuando Telemadrid puso un ciclo sobre el autor (¿se imagina esto ahora alguien?). Estas películas suponen un giro bastante grande. Nos encontramos con un cine más libre y en el que se muestra el gusto por la vida acompañado por un humor socarrón y algo chusco. En realidad, estas películas, plagadas de desnudos gratuitos no son sino una celebración de la vida, que hoy en día resulta hasta naïf y que por desgracia hacen que para muchos Pasolini no pase de ser un viejo verde.

Finalmente en 1975 se estrena Saló o los 120 días de Sodoma, un desastre para el director, que fue criticado ferozmente y hasta amenazado de muerte. La película es una suma de la obra de Sade y la historia de la República de Saló, insitutida por los nazis en el norte de Italia entre el 44 y el 45 en la cual vivió parte de su infancia el propio Pasolini, siendo testigo de los abusos. En la actualidad sigue censurada en infinidad de países.

La película es muy compleja, pues es también una enorme metáfora. Se articula en cuatro partes que hacen más o menos las veces de las partes del infierno de Dante: Anteinfierno, Círculo de las Manías, Círculo de la Mierda y Círculo de la Sangre.

Cuatro hombres poderosos: el Duque, el Presidente, el Obispo y el Magistrado (hay para todos) acuerdan casar a sus hijas en un ritual libertino. De paso secuestran a 9 hombres y a 9 mujeres a los que conducen junto con cuatro prostitutas como maestras de ceremonias. Durante tres días, los poderosos se dedican a imaginar todo tipo de torturas y humillaciones hasta que los secuestrados deciden no cooperar. En este momento se desata el Círculo de la Sangre y vemos como son violados, desollados, ahorcados, amputados y asesinados, con una crudeza nunca antes vista en el cine.

Terror psicológico en una película durísima no apta para estómagos sensibles y que me hace pensar qué demonios rondaría por la cabeza de Pasolini, pues se ve que no era un momento dulce para el autor y que su visión del mundo era bastante negra. Ese mismo año murió asesinado en circunstancias no del todo aclaradas, acrecentando la leyenda negra de la película.

Para finalizar, no sé de qué año es pero por casualidad conseguí ver una película, casi un documental, de Pier Paolo llamado Encuesta sobre el Amor y que es todo un testimonio para la sociología. En ella cámara en mano, van por las calles de aquella ruda Italia preguntando a la gente de la calle sobre las relaciones prematrimoniales, sus costumbres o incluso su opinión sobre la homosexualidad en un país, no lo olvidemos, profundamente conservador para estos temas. El resultado es sorprendente por la franqueza de la gente y tiene opinones de todo tipo, la mayoría muy carcas y otras sorprendentemente abiertas. En fin, nuevamente una película muy moderna para su época y que sirve como curiosidad para ver cómo la sociedad ha cambiado tanto para unas cosas y a la vez tan poco para esas mismas cosas.

3 comentarios:

lady foster dijo...

No he visto ninguna de sus películas (no tengo perdón...) pero con tu excelente retrospectiva querido Lord me han entrado unas ganas enormes de ver alguna de ellas. ¿Con cual me recoiendas empezar? Enhorabuena por tu gran artículo

lord carnavon dijo...

Pues ¡qué difícil! supongo que por las neorrealistas: Accattone o Mamma Roma. Teorema también es una buena elección. Espero que te gusten...

Anónimo dijo...

Cuánto conocimiento y alta cultura reunida.