He de confesarlo, veo "El muro infernal". Nadie será capaz de convencerme de que no es un programa terrorífico, pero cada noche a las nueve y media estoy plantado frente a la televisión, mirando como unos concursantes enfundados en trajes de neopreno se pegan un trompazo tras otro contra el dichoso muro.
El programita en cuestión es una de las apuestas de la cadena buenrollista la Sexta de cara al verano. La dinámica del concurso es, brevemente, más simple que el mecanismo del chupete: dos equipos diferentes compuestos por tres personas cada uno se enfrentan intentando atravesar el muro a través de la silueta recortada en el mismo. Hay ronda individual, por parejas y finalmente de todo el equipo intentándolo. Obviamente los responsables saben que lo que queremos ver los espectadores es porrazos y por ello se lo ponen francamente complicado recortando siluetas mínimas. Pero si la dinámica del concurso no os ha seducido, el resto os garantizo que es estremecedor: comenzando por su estética, que convierte al Grand Prix del verano en el sumun de la sofisticación, y nos hace sospechar que las Cacao Maravillao irrumpirán en cualquier momento en escena con sus piñas y sus maracas; su presentador que es una combinación irresistible y digna de estudio antropológico entre el perroflauta colgado, que eso si, olvidó en la casa okupa su flauta y su perro reglamentario y el clásico chulito cateto del extrarradio, un prodigio, en definitiva, de saber hacer, de conducir con elegancia un programa.... La selección de los concursantes es sencillamente indescriptible, en serio, eso hay que verlo: como un señor de unos 150 kilos pensó en casa que podría atravesar el muro (no digo ya enfundarse el neopreno...), es un misterio que escapa a mi comprensión. Y no me olvido de la voz en off (el Castigator, ahí es nada...) con una gracia natural y un sentido del humor por el cual los guionistas deberían responder ante la justicia.
Dicho todo esto, el paso de los programas me ha ido descubriendo la diabólica inteligencia que esconden los creadores de este demencial artefacto. Ahora, solo ahora, me resulta obvio que tanta cutrez y tal cantidad de mal gusto concentrada, un humor no vulgar, si no zafio y lo de después, la selección de esos concursantes imposibles o directamente idiotas de remate, esos azafatos tratados por unos y por otros como ganado (un chico y una chica, aquí no discriminamos a nadie...), todo ello, tal cantidad de disparates reunidos, no puede se casual. Sus creadores han reinventado el gran teatro del absurdo y lo llevan al prime time catódico. Han decidido dejar su profunda huella, no han querido pasar desapercibidos y conscientes de que nada excelente podían sacar de semejante material han puesto todo su talento al servicio de lo infame. Han invocado a todas las fuerzas del mas allá y del mas acá con éxito atronador, con el fin de crear el peor programa de la historia de la televisión.
El muro infernal resulta una experiencia tan devastadora y espeluznante como presenciar un accidente de tráfico a cámara lenta. Horroriza pero no puedes apartar tus ojos de allí. Solo me queda felicitar a semejantes talentos, estos fascinantes Ed Wood del medio televisivo, por su tenacidad en la busqueda del desastre...Y ahora, todos juntos: ¡Adelante Muro!
El programita en cuestión es una de las apuestas de la cadena buenrollista la Sexta de cara al verano. La dinámica del concurso es, brevemente, más simple que el mecanismo del chupete: dos equipos diferentes compuestos por tres personas cada uno se enfrentan intentando atravesar el muro a través de la silueta recortada en el mismo. Hay ronda individual, por parejas y finalmente de todo el equipo intentándolo. Obviamente los responsables saben que lo que queremos ver los espectadores es porrazos y por ello se lo ponen francamente complicado recortando siluetas mínimas. Pero si la dinámica del concurso no os ha seducido, el resto os garantizo que es estremecedor: comenzando por su estética, que convierte al Grand Prix del verano en el sumun de la sofisticación, y nos hace sospechar que las Cacao Maravillao irrumpirán en cualquier momento en escena con sus piñas y sus maracas; su presentador que es una combinación irresistible y digna de estudio antropológico entre el perroflauta colgado, que eso si, olvidó en la casa okupa su flauta y su perro reglamentario y el clásico chulito cateto del extrarradio, un prodigio, en definitiva, de saber hacer, de conducir con elegancia un programa.... La selección de los concursantes es sencillamente indescriptible, en serio, eso hay que verlo: como un señor de unos 150 kilos pensó en casa que podría atravesar el muro (no digo ya enfundarse el neopreno...), es un misterio que escapa a mi comprensión. Y no me olvido de la voz en off (el Castigator, ahí es nada...) con una gracia natural y un sentido del humor por el cual los guionistas deberían responder ante la justicia.
Dicho todo esto, el paso de los programas me ha ido descubriendo la diabólica inteligencia que esconden los creadores de este demencial artefacto. Ahora, solo ahora, me resulta obvio que tanta cutrez y tal cantidad de mal gusto concentrada, un humor no vulgar, si no zafio y lo de después, la selección de esos concursantes imposibles o directamente idiotas de remate, esos azafatos tratados por unos y por otros como ganado (un chico y una chica, aquí no discriminamos a nadie...), todo ello, tal cantidad de disparates reunidos, no puede se casual. Sus creadores han reinventado el gran teatro del absurdo y lo llevan al prime time catódico. Han decidido dejar su profunda huella, no han querido pasar desapercibidos y conscientes de que nada excelente podían sacar de semejante material han puesto todo su talento al servicio de lo infame. Han invocado a todas las fuerzas del mas allá y del mas acá con éxito atronador, con el fin de crear el peor programa de la historia de la televisión.
El muro infernal resulta una experiencia tan devastadora y espeluznante como presenciar un accidente de tráfico a cámara lenta. Horroriza pero no puedes apartar tus ojos de allí. Solo me queda felicitar a semejantes talentos, estos fascinantes Ed Wood del medio televisivo, por su tenacidad en la busqueda del desastre...Y ahora, todos juntos: ¡Adelante Muro!
6 comentarios:
Divertidísimo, yo ya puse hace más de un año un gran muro frente a la televisión y desde entonces he ganado tiempo y neuronas. Pobres guionistas, son los que menos culpa tienen en general.
jajajajajaja
qué razón tienes, yo me acerqué al dichoso muro a través de Youtube gracias a una amiga que iba a trabajar en tan gran programa. Lo que vi fue la edición Argentina y no podía dejar de pinchar uno tras otros los fragmentos de programa, estaba enganchado. Fascinado acudí a La Sexta en busca de la versión española y sospechaba que en cualquier momento oiría a Valerio Lazarov gritar "zoom al trasero de la azafata" No sé qué extraño mecanimo mental me tuvo hipnotizado hasta el final.
Lo siento, el otro comentario era demasiado largo y lo he cortado mal. A ver, quería felicitarte por el post y que reparases en el cartelito que cada concursante lleva en el pecho. Está escrito con un boli big, pero lo que más llama la atención es la caligrafía infantil de la redactora, o del ayudante de produc. (en el mejor de los casos).
EL MURO INFERNAL TIENE UN MAGNETISMO INEXPLICABLE, LO DEL BOLI BIC ES LO MÁS DE LO MÁS
PRODUCCIÓN POR TODO LO ALTO
SNOORKEL PAQUI
Y esas risas enlatadas tan desagradables, como de urraca... Es empezar y no acabamos con este programa, el post seria kilométrico...
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