MORTADELO Y FILEMÓN: EN TEBEO SÍ. EN PELÍCULA… NO

En Gesloten ya empezamos a ser requeridos en multitud de eventos y el pasado jueves 24 de enero asistí al estreno de la película “Mortadelo y Filemón: Misión salvar la tierra”. Previamente, realicé unos cuantos ejercicios mentales porque me esperaba lo peor. No era para menos, ya que la combinación es letal: una película española que adapta un cómic patrio… para echarse a temblar. La trama es sencilla: no llueve y el planeta se seca, el malvado Botijola quiere aprovechar la situación para convertir una bebida asquerosa en el único líquido de la tierra. Eduardo Soto se interpreta a sí mismo y, como puede, a Mortadelo con algún que otro toque del Neng de Castefa. Pepe Viyuela también hace el papel de sí mismo y un poco el de Filemón. Así son algunos actores españoles: caricaturas de sí mismos. Bien podrían haber hecho algo similar pero con Pepe Gotera y Otilio, o con el Botones Sacarino. El resultado hubiese sido igual. Del resto del reparto, mejor ni hablamos. Aunque hay que reconocer que a la señorita Ofelia, interpretada por Berta Ojea, la han clavado.
La película está dirigida por Miguel Bardem, quien por cierto, estuvo de lo más antipático durante la presentación previa a la proyección del filme. Por allí, aparte de cientos de actores mirándose los unos a los otros para ver quien había venido y de paso pelotear a los productores ejecutivos, también anduvo pululando Pilar Bardem con cara de paisaje y seguramente preguntándose qué porras hacía apoyando la castaña de película de su sobrino.
Lo cierto es que he crecido con los comics de Mortadelo y Filemón. Y todas las situaciones que se dan en los tebeos, al intentar reflejarlas en la gran pantalla no solo pierden fuelle, sino que además se convierten en un desfile chocarrero muy similar a una película de Paco Martínez Soria. Si los estadounidenses son capaces de hacer filmes decentes de sus personajes de ficción, no sólo es porque quedan mejor Spiderman, Superman, Batman o los X Men a nivel estético, sino porque sus tramas pueden dar a luz miles de historias entretenidas. Ver a Edu Soto exclamar “¡Sapristi!” o a Viyuela tratando de imitar los gestos faciales de Filemón no es que sea patético. Es lo siguiente.
La pareja de detectives más famosa del tebeo español, que celebra su 50 aniversario, ha hecho historia a través de una colección de relatos “muy nuestros” (lo entrecomillo porque si ese es el carácter ibérico, me alegro mucho por mi parte rusa) pero debe continuar ahí, en el cómic. Lo malo es que ya han anunciado otra secuela más. Otro despropósito más dentro del largo bostezo que provoca el cine en este país. No sé si Francisco Ibáñez, el creador de Mortadelo y Filemón, sabrá superar esto (si se ha llevado un buen pellizco de euros, supongo que tampoco le costará demasiado).

Lo mejor: en el estreno regalaron bolsas de medio kilo de M&M’s.
Lo peor: el chiste fácil de un perro en 3-D al que llaman “Bush” está pasado de moda. Eso por decir algo, porque toda la película está envuelta en un tufo aburrido, repulsivo y cargante. No vale ni para alquilarla en DVD.
Puntuación: 1/10