lunes, 28 de enero de 2008

LUZ… ZZZZ… ZZZZ…(VIDA TÓXICA)

Antes de nada quiero aclarar que, al igual que buena parte de los aficionados a la música, no me compro un CD por más de 17 o veintitantos euros ni bajo los efectos de cualquier sustancia química. Cuando sale una novedad, suele aparecer bajo estos precios (en FNAC, El Corte...). En cambio, en otras tiendas (como las que hay por el centro de Madrid, cerca de Sol o Callao), los mismos lanzamientos son vendidos a 9 o 10 euros. Así ha ocurrido con el último disco de Luz Casal, “Vida tóxica”, a la venta desde finales de noviembre de 2007. Y ahora me centro en el nuevo trabajo de la cantante gallega, nacida en Baimorto (La Coruña) hace casi 50 años. ¿Ha cambiado algo a nivel musical para la irritante Kylie Minogue o para la voz de pito de la de Chambao tras haber superado un cáncer de mama? No. ¿Se ha mudado de aires Luz por lo mismo? Tampoco.
Hace tiempo, por lo menos un par de discos atrás, que la artista norteña no aporta absolutamente nada al mundo de la música. Si su anterior trabajo, “Sencilla alegría”, era un poco pestiño, “Vida tóxica” es casi como escuchar temas de Cecilia o de Mari Trini. Y eso que Luz es de lo poco que suelo digerir en español. ¿Por qué? Porque casi todo lo demás me parece un truño del tamaño de un campo de fútbol, y quizá también por ser tan idealista y seguir teniendo la imagen de una Casal de voz espectacular, rota, potente y a la vez inclasificable dentro del panorama musical de este país.
Luz comenzó a mezclar rock, medios tiempos y grandes baladas desde “Luz V” y esos temazos que fueron "Loca", "Te dejé marchar" y "No me importa nada". Pero sobre todo, empezó a dispersarse, para bien, marcándose el par de boleros que cantó para la banda sonora de “Tacones Lejanos”, filme de Pedro Almodóvar (ambos temas, “Piensa en mí” y “Un año de amor”, incluidos en “A contraluz”, otro gran disco de Luz). Como anécdota de esta etapa, Luz confesó que cuando vio en la película a Miguel Bosé vestido de travelo (y haciéndolo tan mal, por cierto), decidió que siempre cantaría estos dos boleros vestida con un abrigo de plumas. Anteriormente, la artista surgida en la movida madrileña, sin tener nada que ver con ella, se había dado a conocer con canciones tan populares como “Rufino” o “Quiéreme aunque te duela”. Su gran último disco, el mejor sin duda, fue “Como la flor prometida” (1996), donde dejó pasmados a sus seguidores con temas tan potentes como “Lo eres todo”, “Besaré el suelo” o “Plantado en mi cabeza”.
En 1999 sacó al mercado “Un mar de confianza”, un trabajo en el que Luz se vino muy arriba en su faceta como letrista (siempre ha participado en la elaboración de casi todos sus temas y también ha tenido la virtud de hacer suyos los que le regalan amiguetes como David Summers, Carlos Goñi o Luís Auserón). Era un álbum tranquilo, pero todavía de calidad. El siguiente, “Con otra mirada”, tampoco estaba demasiado mal, pero los dos últimos, incluido “Vida tóxica”, han bajado hasta la planta baja de los trabajos mediocres.
A pesar de que muchos creen que cuando un cantante sufre una enfermedad o una pérdida, el resultado plasmado en disco suele ser para echarse a temblar, yo creo que cualquier artista tiene derecho a expresarse como le salga de la peineta. Si te curas de una larga dolencia y lo reflejas en tus canciones no haces otra cosa que basarte en tus propias vivencias. Lo hacen todos los creadores en todas las disciplinas. Pero eso no da pié a que todo el mundo diga “qué buen trabajo” sólo porque hayas tenido la mala suerte de tener que pasar por quimioterapia. Este álbum de Luz es un soberano hastío: su voz yace semiapagada, lejos de la fuerza de antaño. Y pocas son las letras destacables, salvo la de “18 años”, que describe el subidón de hormonas de una cuarentona que se lía con un chaval de 18 años (todo de forma muy delicada, claro)

Lo mejor: la portada es chula. Y por supuesto, hay que alegrarse por la recuperación de cualquiera tras una enfermedad tan letal como el cáncer. Por otra parte, ver a la cantante gallega en directo es muy recomendable.
Lo peor: tener la sensación de que Luz no aporta nada desde hace mucho tiempo y que aburre hasta a los bichos esos que salen por el baño.
Soportables: “Sé feliz”, “18 años”, “Cara y cruz"
Puntuación: 3,5/10

3 comentarios:

lord carnavon dijo...

Según he visto Luz Casal ya me he imaginado que el post era tuyo querida gaspashá. ¡Si es que tienes demasiada fe!

Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, porque una artista haya salido adelante tras una enfermedad no es motivo suficiente para andar diciendo que su último disco es lo más de lo más como algunos pelotilleros han andado repitiendo por la tele...

Anónimo dijo...

La camara guapa!!.
Yo desde que oi ese grito en el concierto, estoy enamorada de la voz de Luz.
Sigue escribiendo asi Gaspasha!!!.
Lady Marmalade

gaspashá gorkovskaya dijo...

Tienes razón Lord Carnavon, a veces tengo demasiada fe, jeje.
Gracias por tu comentario Lady Marmalade, nunca olvidaré ese concierto en el que Luz casi le parte la boca a la chica esa que intentaba hacerle fotos (y tuvo que salir corriendo del recinto porque casi se baja Luz detrás de ella, jeje)Un abrazo!