martes, 23 de octubre de 2007

ROISIN MURPHY, “OVERPOWERED”: CONFESIONES EN LA PISTA DE BAILE

Nunca fui capaz de encontrarles una pizca de gracia a Moloko, y por eso no presté la más mínima atención al primer disco de su cantante Roisin Murphy “Ruby Blue” (2005). Debe ser que la gente tan cool me aburre mogollón. Y si algo es Roisin Murphy, es mega-mega-cool. Su nombre es sinónimo de modernidad. Estoy dispuesto a apoyar cualquier campaña para que su foto aparezca en el diccionario junto a su definición.

Sin embargo después de escuchar sus dos primeros singles, la hipnótica “Overpowered” y “Let me know” decidí vencer mis miedos y prejuicios más profundos (uno que es un blando) y dar una oportunidad a su segundo disco de estudio. Reconozco que Roisin tiene esa frialdad tan estudiada que la convierten en una artista atractiva. Tiene ese aire imperturbable propio de las estrellas de los años 50, eso si adaptada a los tiempos. Su “Overpowered” es un disco de baile divertido, pletórico y hedonista. Un álbum repleto de estribillos que enganchan prácticamente uno tras otro, pero con unas composiciones que esquivan con habilidad la estructura típica y manida de canción de baile de artistas tan aburridas y de dudoso talento como Kylie Minogue. De manera que la mayoría de los temas encuentran recovecos que los permiten respirar y evitar los lugares comunes del género “disco-de-baile-electrónico”. Además de descubrir hallazgos propios que lo llevan un paso adelante evitando muchos clichés (un buen ejemplo es la sugerente “Primitive” o “Dear Miami”). La electrónica al servicio de la inteligencia musical, mirando adelante en vez de al pasado.

En cualquier caso, catorce temas son muchos, y la inspiración tiene altibajos. Algunas de las canciones me valen como recordatorio de los motivos, uno por uno, por los que no aguanto a Moloko, lo trillado de “Footprints”, lo tedioso de “Checkin on me”, y lo vulgar de “Tell everybody”.

Pero definitivamente, es fácil olvidarse de ellas cuando con simplemente pulsar el skip te encuentras con exultantes ejemplos de perfectas canciones pop como “You know me better”, “Body Language” o “Let me know”. Un disco fácil de disfrutar y admirar, aunque no llegue a apasionar y que, si viviéramos en un mundo justo, convertirían a Roisin en una estrella mainstream en toda regla.

LO MEJOR; Que Madonna debe estar muerta de envidia.
LO PEOR; Que no vaya a vender ni la mitad que Kylie.
IMPRESCINDIBLES; “Overpowered”, “Let me know”, “You know me better”
CALIFICACIÓN; 7,5/10

2 comentarios:

lady foster dijo...

Te me has adelantado con la critica!!!
De todas maneras yo no habría sido capaz de hacer una crítica tan fina y tan exacta de lo que es el disco. Yo le daría un 8,5, me parece el disco más brillante que una diva de la música dance podrá hacer nunca.
Tiembla Madonna, the queen is...Roisin!!!!

Saboteur dijo...

Música elegante pero...

por favor, ¡¡nunca vistais ni baileis como ella!!