Basada en la novela de Jeff Lindsay, "Darkly Dreaming Dexter", nos llega de los USA, “Dexter”, serie de TV protagonizada por Michael C. Hall, al que podemos recordar por interpretar al hermano gay y neurótico de “A dos metros bajo tierra. La serie parece ser que se emite en España a través de Fox, y que Cuatro la tiene en su catalogo de inminentes estrenos.
Dexter es un forense de Miami, pero que tiene un pequeño secreto. No es otro que su incontrolable impulso por matar. En el episodio piloto se nos explican los inicios de tal pulsión. Dexter fue un niño adoptado y aparentemente feliz y querido. Sin embargo de la noche a la mañana, y sin motivo aparente le coge el punto a cargarse a los animales de compañía de los vecinos. Con los años, como es lógico matar ardillas y demás fauna no le basta, por lo que comienza a foguearse con el cartero, el repartidor de periódicos y con el primero que pasa por el barrio. Su padre, de profesión policía comienza a atar cabos. Y unos años más tarde, después de fracasar en sucesivas terapias y resignado a las tendencias psicópatas de su hijo adolescente, encuentran la forma de canalizar de la forma menos brutal posible esa necesidad. En vez de asesinar a inocentes al azar, Dexter se convierte así de pronto en un justiciero. Allí donde no puede llegar la justicia, “Dexter” ejerce la suya. De forma que en los primeros capítulos presenciamos los desmembramientos de pederastas, violadores y demás fauna.
Lo más interesante no obstante no son esas noches de cacería. Si por algo llama la atención la serie es por la interrelación que establece su protagonista, con todo su aislamiento emocional y su personal código ético, con su entorno, ya sea su hermanastra policía, sus jefes, y sobre todo su novia, maltratada y vejada durante años por su ex marido, y que quedó tan traumatizada que no quiere practicar sexo con el protagonista, lo que convierte a ojos de Dexter en perfecta la relación, ya que tal y como explica en un momento dado, el sexo le parece un acto carente de dignidad y absolutamente vulgar.
Después de ver un par de capítulos he sacado algunas conclusiones:
1ª Michael C. Hall es el actor idóneo para protagonizarla. Uno no sabe si sentir atracción o repulsa ante su rostro. Está mas cerca de la repulsa, pero se atisba en el ese extraño atractivo que suele cristalizar o bien en cuanto te tomas un par de copas o bien si estas necesitado de, ejem, afecto. El actor pone de por medio la suficiente distancia con el personaje como para que resulte irónico y desapegado, pero a la vez lo defiende con convicción.
2ª La aparición de un adversario para el protagonista que además conoce sus aficiones le puede dar un poco de aliciente al asunto que amenazaba con estancarse desde el principio, una vez superada la sorpresa inicial.
3ª El rollo vengador nocturno no mola nada. Preferiría que el protagonista fuera un psicópata sin más. Que se cargara al primero que pasara por la esquina por que sí. No me gusta la coartada moral tras la que se esconden las motivaciones del protagonista. Más que nada porque me sigue pareciendo bastante inmoral e injustificable, pero da la impresión que de esta forma se alivia la mala conciencia de los espectadores.
4ª Después de CSI Miami (Corrupción en Miami ya queda un poco lejos), da un poco de pereza ver otra serie que transcurre en la misma ciudad, con esos neones horteras, las playas de siempre y sol a todas horas, aunque aquí abundan las escenas nocturnas. Tal vez en una ciudad más fría tipo Boston o Chicago conseguiría que nos metiéramos más en la trama. Para mí, por lo menos es importante.
5ª Los personajes secundarios no son prototipos, claro que casi nada en esta serie parece cortado por un patrón. La hermana ambiciosa pero definitivamente fracasada me cae bien. A la jefa aún no la tengo calada. La novia es sin duda el personaje con más posibilidades. Esa madre divorciada, con pánico a las relaciones sexuales después de años de sufrir abusos es un filón. Apuesto a que acabaran matando unidos, en plan Bonny and Clyde.
Resumiendo, que dudo que me vaya a enganchar a la serie. Más que nada porque nunca me engancho a ninguna. Requiere demasiado tiempo y dedicación. Pero para los seguidores de las series americanas resulta cuanto menos una propuesta fuera de lo habitual, al menos sobre el papel.
Dexter es un forense de Miami, pero que tiene un pequeño secreto. No es otro que su incontrolable impulso por matar. En el episodio piloto se nos explican los inicios de tal pulsión. Dexter fue un niño adoptado y aparentemente feliz y querido. Sin embargo de la noche a la mañana, y sin motivo aparente le coge el punto a cargarse a los animales de compañía de los vecinos. Con los años, como es lógico matar ardillas y demás fauna no le basta, por lo que comienza a foguearse con el cartero, el repartidor de periódicos y con el primero que pasa por el barrio. Su padre, de profesión policía comienza a atar cabos. Y unos años más tarde, después de fracasar en sucesivas terapias y resignado a las tendencias psicópatas de su hijo adolescente, encuentran la forma de canalizar de la forma menos brutal posible esa necesidad. En vez de asesinar a inocentes al azar, Dexter se convierte así de pronto en un justiciero. Allí donde no puede llegar la justicia, “Dexter” ejerce la suya. De forma que en los primeros capítulos presenciamos los desmembramientos de pederastas, violadores y demás fauna.
Lo más interesante no obstante no son esas noches de cacería. Si por algo llama la atención la serie es por la interrelación que establece su protagonista, con todo su aislamiento emocional y su personal código ético, con su entorno, ya sea su hermanastra policía, sus jefes, y sobre todo su novia, maltratada y vejada durante años por su ex marido, y que quedó tan traumatizada que no quiere practicar sexo con el protagonista, lo que convierte a ojos de Dexter en perfecta la relación, ya que tal y como explica en un momento dado, el sexo le parece un acto carente de dignidad y absolutamente vulgar.
Después de ver un par de capítulos he sacado algunas conclusiones:
1ª Michael C. Hall es el actor idóneo para protagonizarla. Uno no sabe si sentir atracción o repulsa ante su rostro. Está mas cerca de la repulsa, pero se atisba en el ese extraño atractivo que suele cristalizar o bien en cuanto te tomas un par de copas o bien si estas necesitado de, ejem, afecto. El actor pone de por medio la suficiente distancia con el personaje como para que resulte irónico y desapegado, pero a la vez lo defiende con convicción.
2ª La aparición de un adversario para el protagonista que además conoce sus aficiones le puede dar un poco de aliciente al asunto que amenazaba con estancarse desde el principio, una vez superada la sorpresa inicial.
3ª El rollo vengador nocturno no mola nada. Preferiría que el protagonista fuera un psicópata sin más. Que se cargara al primero que pasara por la esquina por que sí. No me gusta la coartada moral tras la que se esconden las motivaciones del protagonista. Más que nada porque me sigue pareciendo bastante inmoral e injustificable, pero da la impresión que de esta forma se alivia la mala conciencia de los espectadores.
4ª Después de CSI Miami (Corrupción en Miami ya queda un poco lejos), da un poco de pereza ver otra serie que transcurre en la misma ciudad, con esos neones horteras, las playas de siempre y sol a todas horas, aunque aquí abundan las escenas nocturnas. Tal vez en una ciudad más fría tipo Boston o Chicago conseguiría que nos metiéramos más en la trama. Para mí, por lo menos es importante.
5ª Los personajes secundarios no son prototipos, claro que casi nada en esta serie parece cortado por un patrón. La hermana ambiciosa pero definitivamente fracasada me cae bien. A la jefa aún no la tengo calada. La novia es sin duda el personaje con más posibilidades. Esa madre divorciada, con pánico a las relaciones sexuales después de años de sufrir abusos es un filón. Apuesto a que acabaran matando unidos, en plan Bonny and Clyde.
Resumiendo, que dudo que me vaya a enganchar a la serie. Más que nada porque nunca me engancho a ninguna. Requiere demasiado tiempo y dedicación. Pero para los seguidores de las series americanas resulta cuanto menos una propuesta fuera de lo habitual, al menos sobre el papel.
6 comentarios:
Excelente post, como siempre
Yo ya me he enganchado a esta serie (claro que yo me engancho a cualquiera, siempre que no sea española, claro) Ese rollo tan oscuro y el punto gore que tiene me gusta bastante. Además su protagonista me pone bastante (y eso que era el hermano feo y gay de A dos metros bajo tierra!!)
Uff pues a mí me da un poco de pereza, o de miedito, porque ¿quién no conoce a más de un candidato a Dexter en su barriada?
y aquí resulta que os pone... tened cuidado que con esos gustos acabais bajo un pilón del puente de Toledo, que la cosa está muy mala.
Por lady foster no hay que preocuparse saboteur, ella es una superviviente nata, y puede con "dexter" y con lo que le hechen...no nos olvidemos que no le hizo ascos a norman. Nunca será una damisela en apuros.
Ah, pues me quedo más tranquilo oye, aunque ahora la veo dando vueltas en una silla y en los puritos huesos, aggg ¡pero como que Norman!
En fin, sobre gustos... pero de todos modos, este actor me temo que va a acabar encasillado (si no lo está ya) en papeles de tipo turbio.
A mi me parece que Lady Foster tiene unas prendas en el barrio que Dexter a su lado es un angelito
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