
Segundo, en esta reseña no voy a nombrar ni a una sola banda que pueda haber influido, y que realmente lo han hecho, en el poderoso sonido que muestran los suecos en su primer álbum. Me aburre mogollón el rollo “Keane-imita- a Coldplay-que imita a -Travis”, o “Los Strokes suenan a la Velvet, los Ramones o Televisión y no hacen nada original...” A mi lo único que me importa es que la banda de Rice Oxley le da sopas con ondas a la del pesado de Chris Martin, y que la de Julian Casablancas son una de las mejores de los últimos 20 años.
Dicho esto, y volviendo a Mary Onettes, han conseguido grabar un álbum con diez canciones sencillamente deslumbrantes, que siempre me ha parecido más lógico que grabar un disco, con diez temas buenos y cinco de relleno. Tienen un sonido exuberante, resplandeciente pero a la vez con una atmósfera turbia, como enrarecida y con un aire evocador y de misterio (ejemplo, “The Laughter”), que lo hacen irresistible.
Es una lástima que tocaran por primera vez en Madrid, apenas un par de días antes de escuchar el álbum por primera vez. Solo nos queda confiar en poder escucharles de nuevo en directo en pocas semanas, ya que por lo visto causaron muy buena impresión. De momento nos dejan uno de los mejores trabajos del último año.
Lo mejor; Que hacen melodías que no te sueltan en todo el día, y que las visten con unos arreglos electrizantes, en serio.
Lo peor; Que haya quien les pueda considerar una banda menor, por tener múltiples influencias. Como si eso fuera negativo....
CALIFICACIÓN; 8,5/10
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