jueves, 16 de julio de 2009

FINK: SORT OF REVOLUTION

Bajo el pseudónimo de Fink se esconde Finian Greenhall, un británico que pasó de ser un artista de música ambient, techno y electrónica a cantautor que tiende a seguir levemente en la misma línea pero un poco más tirando al blues. Nacido en Bristol, ha publicado su tercer disco de estudio, “Sort of revolution”. En un principio, esta metamorfosis creativa no sentó demasiado bien a su pequeña base de seguidores, a los que se les quedó cara de cruasán, acostumbrados a verle sumergido en otras lides. Pero todo tiene su origen en la gran afición de Greenhall por la guitarra, y tarde o temprano, tenía que salir por algún lado. De todas formas, por mucho que lo quiera demostrar, hasta ahora tampoco es que haya despegado del todo del género que practicó sus primeros años en la escena inglesa alternativa. En su nuevo álbum nos encontramos con que el matiz común de las canciones es que todas están siempre a punto de explotar. Son de corte progresivo y repetitivo, y a su vez están acompañadas de instrumentación básica.

No entiendo mucho de tipos de música, y cada vez me cuesta más definir los estilos que a veces nombro tan alegremente –en realidad, la frontera que los separa es más estrecha de lo que se pueda pensar, eso se va descubriendo con el paso del tiempo-, pero hay momentos en los que Fink no alcanza a dar más de dos acordes a su guitarra. Parece estar en algún conservatorio perdido de Londres mientras sueña con que termine la clase para irse corriendo al bar más cercano a enseñar a sus amigos lo que ha aprendido. Claramente continuador de su anterior disco, “Distance and time” (2007), que es casi igual, “Sort of revolution” deja la impresión de que su autor quiere mezclar, un poco de lejos, su pasado más ambient con momentos de blues. No deja de ser un proyecto interesante. Fink tiene una voz algo monótona, aunque muy influenciada por el estilo soul (donde más se evidencia es en el último corte del álbum, “Walkin’ in the sun”). Tanto el tema que da título al disco como “Move on me”, “See it all” o “Maker”, son composiciones seductoras en un principio. Lo malo es hay otras canciones que no impiden soltar algún que otro bostezo (“Pigtails”) y, cuando terminan, te das cuenta de que has estado unos minutos dando vueltas a lo mismo. Y no sé en qué quedamos, si en ambient, soul, chill out o un mejunje de todo. Es un disco que no llega al notable, pero en definitiva, se deja escuchar. Sobre todo por la noche. Es un somnífero agradable y sin efectos secundarios.

PUNTUACIÓN: 6/10
LO MEJOR: escuchar el disco por la noche.
LO PEOR: la monotonía que desprende en muchos momentos.
DESTACABLES: “Sort of revolution”, “See it all”, “Move on me”, “Maker”

1 comentario:

Dalila dijo...

Tenes Razon sobre Su Monotonía... pero Creo Que Es Parte Del Estilo También...