El premiado filme polaco “Un cuento de verano” (“Sztuczki”) se estrenó el mes pasado en España aunque en su país natal lleva en cartel desde finales de 2007. Dirigido por Andrzej Jakimowski, se trata de una comedia dramática en la que ya de entrada da bastante grima el hecho de estar protagonizada por un niño. Por suerte, esas expectativas tan desalentadoras se disipan no bien comienza el visionado del largometraje, sobre todo gracias al tremendo desparpajo interpretativo del jovencito Damian Ul. La trama se centra en un chico llamado Stefek cuya obsesión es conocer a su padre, el cual abandonó a su madre unos años atrás. De manera perseverante, el pequeño no duda en tentar la suerte y el destino por caminos brillantemente reflejados que nos transportan a nuestra propia visión infantil del mundo. Su hermana mayor Elka (a la que da vida Ewelina Walendziak, una especie de Scarlett Johansson pero en versión eslava y más estilizada) le ayuda en la medida que puede en el cúmulo de acciones que el niño realiza a diario a pesar de ser más consciente de la realidad, que no es otra que la de un progenitor con pocas probabilidades de aparecer. Pero a lo tonto, Stefek va engañando el aburrido devenir del pueblo polaco en el que se encuentra.
Muchas críticas a “Un cuento de verano” suelen estar centradas en el casi inexistente desarrollo de una acción. Pero lo que importa de esta película es la acertada manera en la que el niño se inventa la rutina diaria según le parece. A pesar de no vivir precisamente en la abundancia, su imaginación y su constancia a la hora de conseguir su objetivo hacen que la apatía que provoca ese automatismo con el que se suceden los días en muchas ocasiones, se aleje de la misma forma en la que lo hacen los trenes que pasan por la estación de la localidad en la que reside.
Es probable que “Un cuento de verano” no acierte del todo en la forma, aunque para mí lo logra con creces, dado que las escenas se intercalan sin que nada nos haga levantarnos del asiento. Pero esta película da de pleno en el fondo y en los sentimientos. Hace que todos los días de nuestra existencia los enfrentemos conscientes de que a veces la suerte y el destino son puñeteros, pero a la vez podemos ser capaces de encararlos y transformarlos a nuestro antojo. 8/10
1 comentario:
Pese a no haberme gustado en exceso la peli, no pudo más que ensalzar tu crítica pues me ha hecho ver una capa más profunda que la que percibí al verla.
Gracias, rusita mía.
JC
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