viernes, 29 de mayo de 2009

THE LEGENDS: OVER AND OVER

Sería muy complicado hablar o entender el pop sueco de este siglo sin mencionar la figura de Johan Angergård. Este inquieto multiinstrumentista ha dejado su huella en la música nórdica de los últimos años, como uno de los mandamases y fundadores del sello Labrador, buque insignia del pop europeo. Johan ha conseguido redefinir la escena musical de su país, dejando atrás la vertiente kitsch y vulgar que la había delimitado décadas atrás, además de lanzarla al mundo con un alcance e influencia inesperada, gracias a sus discos con grupos tan diversos como Club 8, Acid house kings y The legends.

Con estos últimos acaba de publicar “Over and over”. El cuarto disco del grupo se divide en dos partes claramente diferenciadas estilísticamente. Cinco de los doce temas están dominados por la distorsión de guitarras eléctricas: “Seconds away”, “Always the same”, “Dancefloor”, “Recife” y “Over and over”. Pero lejos de ser un hecho que resulte absolutamente espantoso como pudiera parecer a simple vista, lo cierto es qué tras ese muro de ruido se despliega la indudable capacidad de Angergard para la melodía, formando un conjunto en principio interesante por el contraste, aunque a la larga termine por cansar un poco: con un par de temas en ese plan hubiese sido suficiente. La otra mitad del disco bebe directamente del pop resplandeciente y melancólico que domina como un virtuoso y que en el fondo y en la superficie es lo que todos esperamos de él. De esta forma temas como “You won”, “Monday to saturday” o “Turn away” bien podrían formar parte del mejor repertorio de Club 8 o de su anterior trabajo como The legends, esa pequeña joya del electro pop llamada “Facts and figures” y son los que hacen que el disco respire y se alce como una obra en absoluto despreciable.

En ese difícil equilibrio entre dos estilos musicalmente contrapuestos, The legends luchan con éxito puntual, en dotarles de una unidad conceptual, a través de la melancolía que impregna la mayoría de las piezas, también las ruidosa, sí. Sin embargo la mayor parte de las veces tenemos la sensación de que cada parte del disco hace la guerra por su cuenta y resultan demasiado distantes como para casar coherentemente en un mismo disco, que adolece de una apariencia deslavazada. Angergard, como genio oficial de la escena de su país, se excede en su intención experimental olvidándose que es el pop en su vertiente clásica lo que nos ha hecho seguir su carrera con interés. Las distorsiones y voces desencajadas del 50% de “Over and over” se antojan en último termino como una huida hacia delante con escasas coartadas estilísticas válidas, y es una lástima porque todas las canciones poseen esa extraña y atípica belleza, el encantamiento está ahí, semi-oculto luchando por asomar entre el vendaval estridente que propone un Angergard sospecho que ligeramente aburrido de sí mismo.

CALIFICACIÓN; 5,5/10
LO MEJOR;
La capacidad melódica de Johan Angergård, presente incluso cuando su autor pretende darle la espalda.
LO PEOR; Es un disco a ratos pesado de escuchar, por culpa de sus temas distorsionados.
RECOMENDABLES; “Turn away”, “You won”, “Heartbeats”.

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