Tras repasar las carreras cinematográficas de Alec y Daniel, nos centramos ahora en sus hermanos pequeños, William y Stephen Baldwin.
WILLIAM, el guapo.
El tercero de la saga. Nacido en 1963, se puede afirmar que William es el Baldwin guapo. Modelo de Calvin Klein en sus inicios, pronto centró su obtusa mirada en el mundo del cine. Gran error: su absoluta falta de talento lejos de aquel mundillo de flashes ha terminado por condenarle al mayor de los fracasos. Hace tiempo que la posibilidad de considerar a William un actor serio descarriló completamente. Fue el tiempo que tardo en desnudarse y aparecer ante nuestros ojos en pelota picada junto a otra exhibicionista profesional, Sharon Stone, en la delirante “Sliver (Acosada)”, filme que debe tener el peor cartel de estrellas de la historia del cine: Stone, Baldwin y Tom Berenger lo encabezaban . Antes de eso William nos encantó en “Línea mortal” junto a Julia Roberts y Kiefer Sutherland y en “Llamaradas”, gran película de bomberos donde nuestro chico compartió plano con De Niro, Kurt Russell y Jennifer Jason Leigh nada menos. La frase mítica, “¿Por qué no me enseñas tu manguera?” pronunciada por esta actriz tan seria a un William entregado a la causa, aun nos provoca carcajadas solo recordarlo.
Pero si “Sliver” puso su carrera en el filo de la navaja, su participación en uno de esos engendros cinematográficos con modelo metida a “actriz” (en este caso la modelo es Cindy Crawford, y la película “Fair game”) terminaron por enviarla al abismo. La tragedia a partir de ese momento fue non-stop: “Tú asesina que nosotras limpiamos la sangre” en 1996, la terrorífica “Virus” en 1999 junto a Jamie Lee Curtis y Donald Sutherland, y muchas películas que permanecen inéditas en nuestras pantallas, pero con títulos imposibles “Double Bang”, “You stupid man”, “A Pyromaniac’s love story”...
William, casado con una de las Wilson Phillips, ha sabido reinventarse como buen Baldwin, y tal vez aconsejado por su hermano Alec, ha encontrado una segunda juventud en la televisión, gracias a “Dirty sex money” donde lleva hasta la desesperación, incluso hasta el paroxismo, su método interpretativo consistente en poner morritos todo el tiempo, y donde una vez mas un Sutherland, Donald, se cruza en su destino. Algo nos dice que lo mejor de William Baldwin aun está por llegar, siempre que no le de por despelotarse otra vez que ya no está para esos trotes.
STEPHEN, la oveja negra.
El tercero de la saga. Nacido en 1963, se puede afirmar que William es el Baldwin guapo. Modelo de Calvin Klein en sus inicios, pronto centró su obtusa mirada en el mundo del cine. Gran error: su absoluta falta de talento lejos de aquel mundillo de flashes ha terminado por condenarle al mayor de los fracasos. Hace tiempo que la posibilidad de considerar a William un actor serio descarriló completamente. Fue el tiempo que tardo en desnudarse y aparecer ante nuestros ojos en pelota picada junto a otra exhibicionista profesional, Sharon Stone, en la delirante “Sliver (Acosada)”, filme que debe tener el peor cartel de estrellas de la historia del cine: Stone, Baldwin y Tom Berenger lo encabezaban . Antes de eso William nos encantó en “Línea mortal” junto a Julia Roberts y Kiefer Sutherland y en “Llamaradas”, gran película de bomberos donde nuestro chico compartió plano con De Niro, Kurt Russell y Jennifer Jason Leigh nada menos. La frase mítica, “¿Por qué no me enseñas tu manguera?” pronunciada por esta actriz tan seria a un William entregado a la causa, aun nos provoca carcajadas solo recordarlo.
Pero si “Sliver” puso su carrera en el filo de la navaja, su participación en uno de esos engendros cinematográficos con modelo metida a “actriz” (en este caso la modelo es Cindy Crawford, y la película “Fair game”) terminaron por enviarla al abismo. La tragedia a partir de ese momento fue non-stop: “Tú asesina que nosotras limpiamos la sangre” en 1996, la terrorífica “Virus” en 1999 junto a Jamie Lee Curtis y Donald Sutherland, y muchas películas que permanecen inéditas en nuestras pantallas, pero con títulos imposibles “Double Bang”, “You stupid man”, “A Pyromaniac’s love story”...
William, casado con una de las Wilson Phillips, ha sabido reinventarse como buen Baldwin, y tal vez aconsejado por su hermano Alec, ha encontrado una segunda juventud en la televisión, gracias a “Dirty sex money” donde lleva hasta la desesperación, incluso hasta el paroxismo, su método interpretativo consistente en poner morritos todo el tiempo, y donde una vez mas un Sutherland, Donald, se cruza en su destino. Algo nos dice que lo mejor de William Baldwin aun está por llegar, siempre que no le de por despelotarse otra vez que ya no está para esos trotes.
STEPHEN, la oveja negra.
La cabra tira al monte, y los Baldwin a la obesidad. Stephen ha pasado de ser el chico atractivo y atlético de los comienzos de su carrera a parecer el clásico señor mayor metido en kilos de la actualidad. Es la oveja negra de la familia. Mientras los Baldwin presumen de perfecta familia liberal de Nueva Inglaterra, el pequeñín nos ha salido rebelde, en forma de cristiano devoto, temeroso de Dios: se dedica a asistir a misa cada domingo, a publicar libros donde explica al mundo la fortaleza de su fe y entre otras cosas condena el matrimonio homosexual lo que le ha valido un distanciamiento con sus hermanos.
¿Y su carrera? Otro encefalograma plano que no lo arreglaría ni Dios. No ha dejado género indemne: desde el trío que se montaba en el curioso drama/comedia universitaria “Threesome (Tres formas de amar)” junto a Lara Flynn Boyle (“Twin peaks”) y Josh Charles ("El club de los poetas muertos"); pasando por despropósitos diversos totalmente olvidables como un pastelazo navideño llamado “A simple twist of fate” con Steve Martin; una aparición poco memorable en la sobrevalorada “Sospechosos habituales”; “Bio-dome” una comedia descerebrada con, atención, Pauly Shore y, no lo creeréis, Kylie Minogue (la carrera cinematográfica de la australiana no daría para un post, si no para un estudio antropológico, ríete de Madonna y “Shangai surprise”)”; esa clase de cine de acción basura cuyo guión rechazó hasta un Van Damme puesto hasta las cejas (“Fugitivos encadenados”); una tal “Sex monster” que digo yo que con ese título no será una obra de arte y algo tan ridículo e infantiloide como “Los Picapiedra en Viva Rock Vegas”, segunda parte de una de las peores películas que existen pero que ha sido, no obstante, lo mas próximo que estará nunca del estrellato.
Los últimos años ha seguido con el ejemplo del gran Daniel (solo profesionalmente, no os hagáis ilusiones...), y o bien se arrastra de telefilm en telefilm de domingo por la tarde en Antena 3, que protagoniza películas carne de videoclub de extrarradio, que aparece como “guest star” (es un decir) en series como C.S.I., o participa en realitys de rodeo (lo juro), todo ello aliñado con entrevistas proclamando cómo Dios ha cambiado su vida, viajes por el país evangelizando a adolescentes descarriados (debería empezar por su familia, digo yo) y todo ello a la espera de que alguien se acuerde de el y le conceda la segunda oportunidad que todo Baldwin merece. Incluso él.
Como apunte final destacar que los Baldwin tienen otras dos hermanas (Jane y Elizabeth), cuya sensatez ha quedado patente al no seguir los pasos de sus temerarios hermanos varones. Por otro lado si alguna vez os encontráis a Adam Baldwin (CSI Nueva York) en vuestras pantallas no temáis, no tiene relación alguna con este fascinante clan y hasta es posible que os regale una interpretación decente.
¿Y su carrera? Otro encefalograma plano que no lo arreglaría ni Dios. No ha dejado género indemne: desde el trío que se montaba en el curioso drama/comedia universitaria “Threesome (Tres formas de amar)” junto a Lara Flynn Boyle (“Twin peaks”) y Josh Charles ("El club de los poetas muertos"); pasando por despropósitos diversos totalmente olvidables como un pastelazo navideño llamado “A simple twist of fate” con Steve Martin; una aparición poco memorable en la sobrevalorada “Sospechosos habituales”; “Bio-dome” una comedia descerebrada con, atención, Pauly Shore y, no lo creeréis, Kylie Minogue (la carrera cinematográfica de la australiana no daría para un post, si no para un estudio antropológico, ríete de Madonna y “Shangai surprise”)”; esa clase de cine de acción basura cuyo guión rechazó hasta un Van Damme puesto hasta las cejas (“Fugitivos encadenados”); una tal “Sex monster” que digo yo que con ese título no será una obra de arte y algo tan ridículo e infantiloide como “Los Picapiedra en Viva Rock Vegas”, segunda parte de una de las peores películas que existen pero que ha sido, no obstante, lo mas próximo que estará nunca del estrellato.
Los últimos años ha seguido con el ejemplo del gran Daniel (solo profesionalmente, no os hagáis ilusiones...), y o bien se arrastra de telefilm en telefilm de domingo por la tarde en Antena 3, que protagoniza películas carne de videoclub de extrarradio, que aparece como “guest star” (es un decir) en series como C.S.I., o participa en realitys de rodeo (lo juro), todo ello aliñado con entrevistas proclamando cómo Dios ha cambiado su vida, viajes por el país evangelizando a adolescentes descarriados (debería empezar por su familia, digo yo) y todo ello a la espera de que alguien se acuerde de el y le conceda la segunda oportunidad que todo Baldwin merece. Incluso él.
Como apunte final destacar que los Baldwin tienen otras dos hermanas (Jane y Elizabeth), cuya sensatez ha quedado patente al no seguir los pasos de sus temerarios hermanos varones. Por otro lado si alguna vez os encontráis a Adam Baldwin (CSI Nueva York) en vuestras pantallas no temáis, no tiene relación alguna con este fascinante clan y hasta es posible que os regale una interpretación decente.
2 comentarios:
Esta familia está hecha realmente un escombro... y estoy de acuerdo Sliver es infumable, cuando la ves no sabes si reir o llorar, ¡que diálogos! me quedo con el final con Sharon soltándole a Willy Baldwin: "Aprende a vivir".
De traca
Un post redondo, divertidísimo e impecable. Los Baldwin no se merecen un artículo tan bien escrito, querido Truman.
¿Te imaginas que ahora los juntan a los 4 y hacen una película? Hasta Freddy Krueger saldría huyendo...
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