miércoles, 29 de octubre de 2008

“HEREDEROS”: AMOR, LUJO E INTRIGAS


Cada martes por la noche la televisión se convierte en un oasis en el desierto gracias a la emisión en Televisión Española de la serie de la productora CuarzoHerederos”. En la mejor tradición de las grandes soap opera norteamericanas de los años 80, que alcanzaron su cima en las fantásticas “Dinastía” y “Falcon Crest”, pero que también nos ofrecieron versiones impagables y low cost como “Santa Barbara” por poner algunos ejemplos, “Herederos" es un homenaje y puesta al día en clave autóctona a todas estas.

La trama gira en torno a la familia Orozco, trasunto de los Carrington, los Colby o los Capwell, inevitablemente una familia rica hasta el hastío, mal avenida y a la que el espectador ansía pertenecer en lugar de haber crecido con los García o los Pérez. La matriarca del clan, Carmen Orozco es la protagonista de la serie además de catalizadora de toda la acción. El personaje, ambicioso, manipulador, fascinante y contradictorio está interpretado por una inmensa en todos los sentidos Concha Velasco, actriz nacida para darle vida. La gran dama de la escena renace de sus cenizas y de sus divorcios con una interpretación exagerada, en la mejor tradición de otras lagartas legendarias de la pequeña pantalla como Alexis Carrington o Angela Channing. No cabe duda que Concha se las ha empollado a conciencia, y cuando en un tono entre sepulcral y cínico espeta “Aún no saben quien es Carmen Orozco” uno suelta una sonrisa fugaz mientras eso sí, se te hiela un poco la sangre. Porque naturalmente “Herederos” no tendría sentido sin Carmen Orozco y mucho menos sin Concha Velasco, que en realidad es lo mismo. Esas mujeres que han triunfado, que han amado con pasión desbocada y por tanto han sufrido lo suyo, dos mujeres a las que han humillado y abandonado frente a los focos y al escarnio público, pero que han renacido más fuertes y resueltas en la búsqueda de una grandeza, a la que jamás se pone en duda que pertenecen.

Concha Velasco, perdón, Carmen Orozco.

Poco importan los alrededores, aunque realmente sean magnéticos, comenzando por ese torero bisexual adicto a los chaperos y a una buena capea que da vida un estupendo Félix Gómez, disparatada elección de casting, y solo hay que notar que el capote le sienta como a un cura dos pistolas, pero su belleza, su complicidad con el espectador y su aplomo es encomiable y siempre bienvenido. O esa hija que primero fue hermana, Julia Orozco, adicta al crack y a su propia tristeza, prototipo de personaje nacido para sufrir, que interpreta con deliciosa ausencia yonkee y permanente pasmo una bella-fea Mar Regueras. O esa ex mujer con sed de venganza a la que da vida la siempre disparatada (y malvada) Cristina Castaño, también salida de esa inagotable cantera de genios incomprendidos de la interpretación que fue “Al salir de clase”. O esa Carlota, vigilante implacable, mala de cuento infantil, sádica secuestradora capaz de aparecérsenos en nuestras peores pesadillas interpretada por Concha Goyanes. Y que decir de la elegante Carmen Elías manejando con maestría maquiavélica un personaje que se revela como el perfecto contrapunto y como archirival de Carmen Orozco...

“Herederos”, con su ambientación taurina y voluntariamente kitsch, es un buen ejemplo de lo que una ficción española debe ser, con sus homenajes a sus hermanas mayores, respetuosa con sus modelos y con un sentido del humor y un distanciamiento irónico encomiable que la convierte en un artefacto delicioso, inteligente. Con guiones trepidantes y llenos de sorpresas, diálogos muy trabajados, un catalogo de personajes llenos de matices y contradicciones, unas localizaciones en la mejor tradición del serial “de amor y lujo” y una fotografía hermosa y cuidada, “Herederos” puede presumir no solo de su contenido, si no también de tener una factura técnica envidiable sobre todo si las enfrentamos al espejo de la gran mayoría de series españolas, en las cuales la chapuza y el mal gusto cañí campan a sus anchas. Cada martes “Herederos” nos retrotrae a unos años en los qué estos clanes fascinantes nos alejaban de nuestros aburridos barrios y de vecindarios grises sumidos en la vulgaridad más absoluta. No es que ahora lo sigamos necesitando, es que nos sigue gustando.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No sigo Herederos, pero por lo poco que he visto, creo que Concha Velasco empezó a ensayar este personaje en su intervención en la serie "Motivos Personales", donde más o menos venía a hacer un esbozo de lo que comentas: mujer con poder, dinero, difícil de pasar por encima. Nada como fumar durante muchos años para que se te quede una voz tan profunda y turbadora (y aparte es buena actriz).

Anónimo dijo...

Vale, pensaba que era el único que lo miraba..... La primera temporada era un sinsentido de guión, ahora alargan un poco más las historias, y ha mejorado bastante

Anónimo dijo...

No hedonista, no estamos solos, somos un ejercito silencioso.

Lamentablemente no seguí la primera temporada, pero he visto que está disponible en la web de TVE, así que no descarto darle un repaso rápido eso sí, al menos para ver la legendaria secuencia de Felix Gómex toreando en pelotas, que eso debe merecer la pena.

lord carnavon dijo...

El otro día vi un episodio por primera vez (el martes no hay muchas alternativas) y no me pareció mal, por lo menos se ve cuidada aunque no me enteré ni del NODO claro.

Yo también pensé en la Concha de Motivos Personales Gaspashá...