AURORA BELTRÁN: CLASES DE BAILE

Aurora Beltrán, conocida por haber liderado durante 17 años la banda procedente de Navarra Tahúres Zurdos, ha lanzado su primer disco en solitario, “Clases de baile”. A sus 43 años de edad, siempre a las puertas del éxito, y siendo una de las pocas cantantes que ha dicho claramente la cara dura y mala uva que tienen las grandes discográficas, reaparece bajo un pequeño sello llamado Batiendo Records. Y es que con el desmantelamiento de los peces grandes, tras el auge de Internet y la piratería, estas pequeñas empresas están teniendo un apogeo imparable y están reclutando a muchos artistas que han sido despedidos por no vender tanto. Hoy en día, grabar un disco es tan sólo una mera excusa para hacer conciertos, que es lo que realmente da dinero.
La cantante navarra ha intentado atraer a su campo varios estilos musicales distintos, alejándose un poco del rock usual, contando con la colaboración de Enrique Bunbury (“Silencio”), Carmen París (“Walkirias”) y Loquillo (“Candy baby”), entre otros. El resultado es un batiburrillo que no se sabe bien por donde cogerlo, si por arriba o por abajo (lo he escuchado varias veces y… me quedo igual): primero dice que está muy contenta y que parte de cero en “Azulada”, un track que no es más que un auto plagio velado de su tema con Tahúres Zurdos “Azul”. Además, el inicio de la canción me recuerda un poco al plan laugh de Phoebe Buffay; queda fatal forzar una risa. Luego habla de relaciones sentimentales acabadas, siempre en plan autobiográfico (“Cadena de piel”); o aborda el feminismo de forma un poco cutre en “Walkirias”, con una Carmen París haciéndole los coros, pareciéndose peligrosamente a la insoportable Shakira, y una Mercedes Ferrer que supongo pasaba por allí y no tenía nada mejor que hacer.

También se marca una rumba o algo así en “Florecita”, sobre los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, y la horrorosa versión del “Candy baby” de Iggy Pop que canta a dúo con el ochentero Loquillo. Para Enrique Bunbury se reserva el tema que da título al álbum, otro auto plagio de una canción llamada “El viento”, del disco de Tahúres Zurdos “Tak”. Aurora… que me sé toda la discografía con tu ex banda… Además, también hace otro dúo con el imitador de Jim Morrison en “Silencio”, en el que trata el drama del Alzheimer.

Bajo mi punto de vista, cuando una cantante tiene una voz tan rasgada, y una facilidad para hacer letras entre impactantes, sociales, divertidas o macarritas (y algunas veces, de verso facilón y pobre, todo hay que decirlo), lo último que tiene que hacer es experimentar tanto con sus cuerdas vocales: hay momentos en los que la que canta no es la Beltrán, es la abuela Cuchufleta… Por último, tanta colaboración y dúos resultan excesivos; genial que tenga tantos amigos y le echen un cable: Aurora es una mujer muy querida, admirada y respetada, pero a veces se queda nublada entre tanto estilo e intentos de pomposa producción.

LO MEJOR: que sigue siendo “la mujer coraje”, como dice el artículo de El País, y en directo es muy recomendable.
LO PEOR: versionar un tema de un artista anglosajón al español y encima cantar el estribillo en inglés (“Candy baby”, de Iggy Pop). Y otra cosa: la primera edición del disco no sigue el track list impreso en el libreto, sino que los de Batiendo Records han grabado los temas, supongo que sin querer, en orden alfabético. Chicos, ya os vale…
Calificación: 3,5/10
Soportables: “Ojos trampa”, “Vida”
Escucha algunos temas en: www.myspace/aurorabeltran