
Son inevitables las comparaciones constantes con la música que hace Bob Dylan o incluso Leonard Cohen, pero Elvis Perkins -que ha llevado el hecho de venir de donde viene con bastante discreción a pesar de los inconvenientes de que tu arte sea fagocitado por ese motivo- sale con la cabeza bien alta de todas influencias que no oculta. Gospel, folk americano y todos esos elementos aupados por la música negra a lo largo del siglo pasado, se superponen en un álbum compuesto por alguien que sabe perfectamente lo que hace.
Desde el estupendo comienzo, “Shampoo”, el disco es todo un viaje desde un lugar en el que se ha refugiado Perkins y al que nos invita visitar para verlo relajado y fresco, rodeado de unos amigos de verdad, su banda. El blues y el sabor melancólico teñido de rayos de sol conforman piezas de belleza indiscutible como “Hours last stand” y “Send my fond regards to lonelyville”. La madurez y tranquilidad con la que se revela Elvis Perkins ya le confieren la categoría de haber hecho uno de los mejores trabajos de 2009, y seguramente, de lo que llevamos de década.
PUNTUACIÓN: 9,25/10
LO MEJOR: música teñida de melancolía luminosa, un autor que camina junto a su banda en composiciones de calidad incontestable.
LO PEOR: para Elvis, ser machacado constantemente con que tu padre es Norman Bates y que te llamas igual que Presley.
DESTACABLES: “Shampoo”, “Send my fond regards to lonelyville”, “Chains, chains, chains”, “Hours last stand”, “Hey”, “How’s forever been baby”.
1 comentario:
Lo anoto y voy a escucharlo, porque es la segunda vez que oigo hablar bien..
(Anda que ser hijo de Anthony Perkins y que luego tu madre muera así.. no me extraña que el chico encuentre inspiración).
Un abrazo
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