
Guitarra acústica en mano y una voz envuelta en sensaciones otoñales, Eddi nos invita a viajar a través de sentimientos y evocaciones con cierto aire rural. Por suerte, la cantante practica un romanticismo optimista y con los pies en la tierra, lejos de las ñoñerías a las que nos tienen acostumbrados otros artistas y, es bueno recordarlo, el cansino grueso del cine estadounidense. Con canciones como “Dragonflies”, “Roses”, “Silent bell” o “New York city”, la escocesa plasma en música lo que expresa un poco la portada de su disco. Reader se expresa como los pintores clásicos y enseña un bonito muestrario de temas coloreados e invadidos por un atardecer en Edimburgo o un tranquilo paseo por Inverness. Sumergirse en esta propuesta con tintes de folk y jazz sabe a café recién hecho y contribuye a construir un camino que ayude a esperar con paciencia el final de un verano que se está haciendo demasiado largo.
PUNTUACIÓN: 7/10
LO MEJOR: el efecto agradablemente tranquilizador del álbum.
LO PEOR: el título confunde y da a entender que lo que esconde puede ser un cúmulo de canciones empalagosas y ñoñas.
DESTACABLES: “Roses”, “Dragonflies”, “Silent bell”, “New York city”, “Dandelion”, “Love is the way”, “Never going back again (Queen of Scots)”.
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