domingo, 10 de mayo de 2009

DÉJAME ENTRAR: VAMPIRISMO SUECO

Basada en la novela del mismo título, escrita por John Ajvide Lindqvist, “Déjame entrar” es un filme que llega desde Suecia y que ya lleva bastantes premios y reconocimientos por parte de crítica y público. Dirigida por Tomas Alfredson, cuenta la historia de un niño de doce años que sufre un constante acoso escolar y que entabla amistad con una extraña niña que llega a vivir junto a un adulto a su mismo edificio, situado en un suburbio de Estocolmo. Y mejor no contar más datos del argumento, no seremos nosotros los que demos tantas referencias que revelemos una trama que resulta sencilla en apariencia, pero que está llena de matices e incógnitas por todas partes. De entrada, buena parte de los personajes contienen elementos que el espectador tiene que imaginar, y no todo queda resuelto.
La película es absolutamente introspectiva y cerrada en ese aspecto, así como en los mensajes que oculta bajo el hielo, la nieve y la sangre derramada. Se trata de una nueva visión del vampirismo, con algún que otro elemento fantástico, pero que ahonda en otros asuntos que no lo hacen ser un “cuento de hadas” como han dicho en alguna publicación. Esto no es algo del estilo de “El pequeño vampiro” (saga de la literatura alemana creada por Ángela Sommer-Bodenburg) aunque su concepto se base en ello. Tampoco hay nada de Tim Burton y sí algún detalle del Drácula de Francis Ford Coppola (es muy evidente, pero claro, hay quienes lo negarán porque se corre el peligro de que el largometraje sueco deje de ser "de culto").

La historia de amor adolescente entre los dos protagonistas está rodeada de otros temas: vacío social, acoso escolar, miedo a defenderse, hogar desestructurado, soledad, pederastia oculta, ambigüedad sexual… La ambientación está muy bien lograda, y nos lleva a una Suecia de finales de los 70 o principios de los 80. El caso es que me temo que debo llevar la contraria al 99% por ciento de los medios que han elevado a “Déjame entrar” a los altares de las películas de culto. Es evidente que la imagen y las escenas bien hechas son un punto importante a tener en cuenta. Pero tampoco hay que caer en lo que directores como Pedro Almodóvar –cuyo visionado de sus películas se me hace muy cuesta arriba, salvo en tres o cuatro casos y todos protagonizados por Carmen Maura o Victoria Abril- realizan para disfrazar historias inconclusas, algo pobres y exageradas a la vez: hacer planos de personajes hablando a través de persianas entreabiertas o con una pared de colorines detrás no es hacer cine. El sustento del buen guión se está perdiendo a marchas forzadas en muchos aspectos. Y “Déjame entrar”, que cuenta con referencias más que evidentes por todas partes, tiene planos fantásticos pero ese misterio oscuro que intenta reflejar se pierde en jardines laberínticos, muy a pesar de haber tenido parte el mismo autor de la novela. Con esto no quiero decir que no disfrute de un buen plano picado desde arriba dando vueltas y haciendo que el cámara tenga que ser ingresado en urgencias por marearse. Pero si no va unido al pilar más básico, un guión que penetre en los sentidos, en el alma, y que me transporte al lugar que me están presentando, como una buena canción, para mí pierde sentido y me deja igual.

Por otra parte, lo más seguro es que necesite un segundo o tercer visionado, porque este filme merece ser visto en casa con tranquilidad, y no con la típica pesada que se sienta a tu lado y va comentando con su compañero todas y cada una de las escenas. Es probable que a mí me guste más una buena frase que unos copos de nieve cayendo del cielo (una escena así es maravillosa, por supuesto, pero cuando está dentro de un contexto igualmente estupendo porque introducir eso es muy fácil). Debo reconocer también que no me gustan demasiado las películas protagonizadas por niños. Ahora viene lo más desconcertante de este texto libre de spoilers: os recomiendo verla porque hay un elemento en lo que sí sobresale. Es tan íntima, tan de dentro hacia fuera, que se escucha la respiración de los protagonistas, se les oye tragar saliva y se consigue que el espectador sienta más la temperatura bajo cero del invierno sueco que los actores de “Déjame entrar”. 6,5/10

6 comentarios:

Justo dijo...

Estoy deseando verla, tras la recomendación de un amigo bloguero -Ripley- y tu comentario ahora, más matizado pero igualmente interesante.

Entiendo lo que dices sobre los guiones.. aunque no lo comparta al cien por cien. Yo por ejemplo veo Inland empire, no cojo el sentido global pero me quedo noqueado con ciertas escenas, y ese es el sabor que me queda. Con Almodóvar me pasa a veces algo parecido, o con Cronenberg.

Pero ya te comentaré cuando vea la película, en cuanto pase de nuevo por Madrid, si sigue en cartel..

MALENA dijo...

Fantástica "disección" de esta película. Sabes? me trago todo lo que recomendías, y esta peli no va a ser una excepción.
Nunca me defraudáis? ;-)
Besitos.

lord carnavon dijo...

Tengo muchas ganas de verla.

Gracias por diseccionarnos un poco el tema, ahora me fijaré más cuando la vea...

Anónimo dijo...

La escena de la piscina es brutal.

Y la música jeje.

Un poco fría la peli, en linea con el paisaje.

Cronenberg o Lynch son palabras mayores. Vamos que no hay comparación posible con esta peli.

JC

MALENA dijo...

Ya estoy de vuelta del cine y me ha encantado!. Mi compañero de cine no pensó lo mismo, pues pensaba ir a ver una peli de terror al estilo de "los otros".. pero a mi me fascinó. También me encantó la escena de la piscina!
Besitos
Male

Anónimo dijo...

Hola Gaspashá y al resto de los integrantes... primera vez que dejo palabras, pero segunda vez que repaso las entradas al blog y no dejo de sentirme como "en casa", buscando data de Sinead O' Connor me topé con tus retrospectivas y deslumbré (ahora me acompaña su música y tus reflexiones sobre cada trabajo que voy conociendo).

"Let the right one in" es el título de una canción de Morrissey, más especificamente incluída en una re-edición de Luxe... ¿por qué lo traigo a colación? porque vincula a este señor que canta a mis oidos gran parte del día (desde un mp4 por supuesto) con la magia de este blog en el cual has expuesto el análisis de una película que toma su nombre en palabras de su autoría.

Una asociación que perderá importancia para los otros lectores y hasta para Ud. pero algo en esta mañana de lluvia en la lejana Buenos Aires me llevó a plasmarlo.

Un gran saludo desde el "Sur", y gracias por los aportes a todo Gesloten, me hacen descubrir nudos diferentes y me place anudarme conociéndolos.

S