
El single “Run” es un tema infeccioso que recuerda lejanamente a lo que hayan podido hacer grupos como Keane. No está mal. Pero el resto del álbum no es más que el resultado de alguien que no encuentra las canciones, ni los estilos ni nada. El primer sencillo que editó John ME, “Love is my drug” ya echa para atrás solamente con su título y es una suerte al estilo tan pasado de moda –y que hemos escuchado en su día, nadie puede negarlo- de lo que escribía, componía y producía el popular trío formado por Stock, Aitken & Waterman para restos de serie putrefactos como C.C. Catch, Jason Donovan y artistas fagocitados por los años 80. Y luego están esas baladitas insoportables como “The faker”, con las que el cantante sueco potencia su voz y se convierte en un aburrido Michael Bublé (valga la redundancia, porque éste ya es el colmo del tedio). Ahora comprendo por qué su familia dormía mientras componía nuevas canciones en el garaje de su casa.
PUNTUACIÓN: 3/10
LO MEJOR: poca cosa.
LO PEOR: la falta de personalidad que navega por todo el disco.
DESTACABLE: “Run”.
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