lunes, 19 de octubre de 2009

JULIAN PLENTI IS… SKYSCRAPER

Creo que el motivo de que Paul Banks, líder de Interpol, se haya embarcado en un primer proyecto en solitario bajo el pseudónimo de Julian Plenti no responde a ningún “alter ego”, como he leído en buena parte de las críticas a este álbum. Más bien, todo se decanta por una estrategia comercial o en el hecho de que se le identifique lo menos posible con la banda que le ha lanzado a la fama. Además, en “Julian Plenti… is skyscraper”, a pesar de tener temas que bien podrían estar incluidos en cualquiera de los tres geniales discos de estudio que ha publicado Interpol, Banks efectúa un himno de independencia en toda regla. Y ello se ve en su manera de cantar, mucho más suave y en claro abandono de los graves a los que nos suele tener acostumbrados. Lo cierto es que el objetivo que tanto cuesta por parte de los líderes de grupos a la hora de decidir afrontar planes en solitario, en este caso, se soluciona con nota. Y eso si es que Paul tiene alguna meta o cualquiera de los puntos que he comentado. Lo ignoro porque todavía no me lo han presentado para preguntarle por eso y también por qué suele tener un ojo más cerrado que otro. Publicado recientemente –he tardado en escribir esto porque a partir de ahora voy a escuchar las novedades con más detenimiento-, “Julian Plenti… is skyscraper” podría definirse, por tanto, como la lucha a brazo partido de Paul Banks por construirse un personaje que no tenga nada que ver con su labor con Interpol. Para ello, se ha puesto gafas de pasta y hasta parece más pálido de lo habitual. Se confirma el talento compositivo que tiene el artista, que no puede evitar firmar canciones que le sitúan en el grupo donde todos le conocemos, como es el caso del primer single, “Games for days”, y en definitiva, toda la primera parte del disco.

Destaca también “Skyscraper”, un tema en el que Banks reincide en melodías repetitivas. En este caso, le sale bien (al igual que en “Untitled”, de su disco debut con Interpol, “Turn on the bright lights”, de 2002), pero no es así en “Madrid song”, un corte acompañado por un monótono piano que es soportable, pero poco destacado. Esta canción, que bien podría servir de banda sonora para el reciente fracaso de la capital como candidata a la estupidez supina de los JJOO, inaugura un trayecto experimental en el álbum que va llevando hacia una de sus cumbres, “On the esplanade”, todo un alegato folk que bien podría haber sido autoría de Suzanne Vega y con un fondo instrumental con reminiscencias de los portugueses Madredeus en su disco “Movimento” (2001). Solamente por canciones así, ya merece la pena prestar atención a una de las aventuras musicales más interesantes del año. No es que haya nada que apunte hacia Paul Banks como gran timonel del rock de esta década que finaliza, -sobre todo por truñetes líricos como “Girl on the sporting news” y lo mal que cierra el álbum en un intento de trascender en su propia experimentación con “H”, rizando el rizo de pésima manera- pero lo que es cierto, es que el líder de Interpol es uno de los mejores músicos de comienzos del siglo XXI. Al menos uno de los más meticulosos.

PUNTUACIÓN: 7,5/10
LO MEJOR: Paul Banks ha conseguido, en buena parte, algo distinto a lo que hace con Interpol.
LO PEOR: la letra de “Girl on the sporting news” revela que el síndrome de Peter Pan no es sólo patrimonio de Michael Jackson.
DESTACABLES: “On the esplanade”, “Skyscraper”, “Games for days”, “Unwind”, “No chance survival”, “Only if you run

1 comentario:

marcos c. dijo...

Ay, a mí "Girl on the sporting news" sí me gusta mucho. Incluso la letra. Me gusta cómo queda tras "Unwind". Y me gusta que alguien le dedique una canción a María Escario.

Chorradas aparte, es un discazo. Qué grande es 2009.