lunes, 12 de octubre de 2009

EL SOPLÓN: UN GUIÓN MUY ACTUAL

El último filme del director Steven Soderbergh, “El soplón (The informant!)”, basado en hechos reales (aunque esto es un poco repetitivo decirlo porque lo que aborda es lo que ocurre continuamente en este gran mátrix en el que vivimos), nos acerca a los comienzos de la década de los 90. En una capital pequeña del interior de Estados Unidos, Mark Whitacre (Matt Damon), es un ejecutivo de una importante empresa ubicada en el sector agrícola. De carácter bastante friki, incluso rozando el retroamongolamiento propio del que se introduce demasiado en la cultura de ese país, comienza a colaborar con el FBI para denunciar a su propia compañía por supuestas prácticas ilegales de fijación de precios. A medida que va avanzando la trama, se descubre que es cierto, pero lo que también es verdad, es que el protagonista es parte de ese buen puñado de personas, se cuentan por millones en el planeta, que se creen sus propias mentiras. Su ego en apariencia altruista, sumido en ese ridículo concepto de pretender ser “un buen ciudadano”, va dando paso al patético objetivo de ser una especie de héroe para la opinión pública.
Da la sensación, y de manera muy acertada, que el director ha colocado el argumento en varios niveles distintos, pero ligados entre sí. Por un lado, se denuncian los intereses de las multinacionales en detrimento de la salud de la gente y todos esos tejemanejes que desconocemos y con los que la mafia que nos gobierna en la sombra juega constantemente. Por otra parte, pone sobre el tapete la subnormalidad profunda de los directores, jefes y jefecillos en todas las áreas laborales. Es algo con lo que hay que bregar a diario: el más inútil, el más corrupto… en definitiva, el más jilipollas puede llegar a ser el que maneje el cotarro en tu trabajo. El guión de “El soplón” está muy bien elaborado, siempre acompañado por los constantes pensamientos internos, inconexos y a veces demenciales, como los de cualquier ser humano, del personaje principal. Matt Damon, siguiendo la tradición yanqui de que para interpretar bien hay que engordar varios kilos, no deja de realizar una actuación estimable. He leído por ahí críticas bastante en contra de esta película, pero quizá provengan de ese tipo de directores, jefes y jefecillos (o aspirantes a serlo) a los que me he referido; y también de los que mienten sin parar y además ocultan y disfrazan todo lo que rodea su vida. Es duro toparse con la verdad, aunque sea a través de un filme, pero tarde o temprano es lo que toca.

PUNTUACIÓN: 7,5/10

3 comentarios:

coque dijo...

soderberg hace películas tan diferents que me hace perder interés en él. pero de esta sí tengo ganas

Justo dijo...

Coincido en lo que dice Coque, hace tiempo que paso de Soderbergh, porque me parece errático y algunas de sus películas más celebradas -por ejemplo, su célebre debut- no me dicen nada. Aunque recuerdo con agrado su versión de Solaris.

Tiene buena pinta, por lo que cuentas.. así es que le daré una oportunidad si sale el caso.

Un abrazo

el rey pescador dijo...

Yo me dormí viendo "Solaris". Da la impresión de que a Soderbergh le sale bien la película si se levanta ese día de buen humor, y no es muy a menudo ("Traffic" a ratos, "Erin Brockovich" a ratos, "Underneath"...) Y hace demasiadas.