sábado, 19 de septiembre de 2009

"THE RESISTANCE", EL MÁS GRANDE TODAVÍA DE MUSE

Con el paso de los discos, Muse se han convertido en estrellas incuestionables. Un grupo capaz de llenar hasta la bandera estadios prácticamente en cualquier lugar del mundo, y que acumula varios hits indiscutibles a lo largo de su carrera. Tres años después de la publicación del disco más alabado y en mi opinión más pesado de su carrera, “Black holes and revelations”, publican esta semana “The resistance”.

Sí algo caracteriza, para bien y para mal, a Muse es su ambición desmedida. Esa ambición lleva aparejada una pretenciosidad, una aparatosidad musical, una falta de temor al ridículo, una querencia por el exceso en todas sus acepciones que los han convertido en uno de esos grupos que surgen de tanto en tanto, y que aglutinan a su alrededor legiones de rendidos fans junto a detractores implacables que no dudarían en amenazarles prácticamente de muerte si tuviesen la ocasión. Por ello cuando el propio grupo presentó “The resistence” como su disco más ambicioso, incluso los que disfrutamos con el desenfreno y la falta de contención de “Plug in baby”, “Stockholm syndrome” o “Hysteria”, sentimos un escalofrió recorriendo nuestra espina dorsal ante lo que se nos venía encima. ¿Existen motivos para detestar “The resistence”? ¿Ha cruzado Matt Bellamy la delgada línea que separa la genialidad –bueno, la brillantez sería más acertado en su caso- del ridículo?

A pesar de los temores ante el disco, “The resistance” se revela como un trabajo coherente con la carrera y las inquietudes estilísticas y formales del grupo, mejorando los resultados de su anterior trabajo. Estamos ante una obra grande, absolutamente desmedida en sus aspiraciones, pero que hace gala de una contundencia musical que termina por desarbolar, puntualmente, las reservas del oyente. Desde su apertura, con la fascinante “Uprising” Muse tratan de seducirnos a golpe de perfeccionamiento de estilo en una espiral de desmesura: guitarrazos destemplados, un Bellamy más barítono que nunca, unas composiciones que aúnan estribillos arrolladores con estructuras complejas, alejadas del pop convencional, rebosantes de intensidad y que ponen de manifiesto la tenacidad de un grupo que lejos de amedrentarse ante las críticas, alza la cabeza con un orgullo desafiante, y una provocadora pose llena de arrogancia dirigida como un misil hacia sus detractores.

De todas formas los aciertos suceden a los errores demasiado a menudo como para considerar a “The resistance” como un gran disco, ni siquiera como el mejor disco de Muse. Sí “Uprising” fija la temática (de corte político-revolucionario, un poco de todo a un euro, eso sí) y el estilo del disco, “Resistance” resulta manida, intrascendente y mil veces escuchada antes al propio grupo. “Undisclosed desires” es muy bonita en su sencillez (relativa, estamos hablando de Muse) y “Guiding light” recurre al romanticismo inspirado sin complejo alguno en “Can't help falling in love”. Mientras, “I belong to you” convence definitivamente con una atmósfera bohemia y circense. Sin embargo el grupo bordea el naufragio en “Exogenesis” la auto paródica pieza en tres actos que cierra el LP, y en “United States of Eurasia”, su innecesario homenaje a Queen.

CALIFICACIÓN; 6,5/10
RECOMENDABLES
: “I belong to you”, “Uprising”, “Undisclosed desires” y “Guiding light”
LO MEJOR: Los estribillos de la mayoría de los temas. Otro cantar es la producción que los acompañan.
LO PEOR: Aquellos momentos en los cuales Muse sobreactúan y sobreactúan hasta ser difícilmente soportables.

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