martes, 31 de marzo de 2009

[DVD] LOCK, STOCK & TWO SMOKING BARRELS: GUY RITCHIE Y SU PÉSIMO INICIO EN EL CINE

A pesar de estar catalogada por la crítica británica como uno de los mejores filmes de la historia del Reino Unido, “Lock, stock and two smoking barrels”, de Guy Ritchie es un truño descomunal elevado al cubo. Estrenada en 1998, la trama se centra en un grupo de mafiosillos de poca monta que viven en Londres y buscan su oportunidad para hacer negocio. Con constantes referencias a “Reservoir dogs” de Quentin Tarantino, es todo tan descarado, tan evidente y simplón, que la continua sensación de estar al borde del entretenimiento se desvanece como la niebla a primeras horas de la mañana. Planos rápidos, la típica voz en off, unos actores que parecen haberse aprendido el guión en plan loro (como cuando estudiábamos el día antes del examen) y una sucesión de acontecimientos previsibles conforman una película tan olvidable como carente de imaginación alguna.

Siempre me han gustado las tramas que toman la ciudad o lugar en el que discurren como un personaje más. Ocurre en “Veronica Guerin” o “Escondidos en Brujas” y funciona bastante bien. Pero en este caso, “Lock, stock…” bien podría ocurrir en cualquier barrio cutre en las afueras de cualquier sitio. No hay Londres por ninguna parte, ni entidad contextual ni pinzas por donde coger esta chorrada supina. Bien es cierto que a la hora de acometer un guión de mafiosos y delincuentes, siempre se tendrá la fantástica e inigualable saga de “El Padrino” en la espalda. Pero hay muchas producciones que salen con decencia del examen. Y por supuesto una serie de corte insuperable como “Los Soprano”. Se pueden tener todas las referencias que quieras, pero tratar de imitar a Tarantino porque sí es como ponerse un traje de faralaes y ponerse a bailar como Lola Flores. Y encima a los pocos años, a Guy Ritchie no se le ocurrió otra cosa que casarse con Madonna y tiempo después dirigirla en otro filme que más vale no ver si se quiere preservar la salud mental. A nivel artístico, puede que haya sido el suicidio más brutal de la historia. Ni Larra pegándose un tiro. Para colmo, en "Lock, stock..." aparece Sting tratando de interpretar un papelucho de secundario de lujo. Otro que tal baila. 2/10

viernes, 27 de marzo de 2009

VERSIÓN 2.0: “CRAZY”. SEAL / ALANIS MORISSETTE

El tema “Crazy” es uno de los que mejor escenificaron el alejamiento estilístico de la década de los 80 a muchos niveles. Como en estos momentos hay unos líos tremendos entre You Tube y Warner –una de las grandes discográficas destinada a estrellarse como continúe por esos derroteros- por motivos de derechos de autor ($), no he encontrado los videoclips de los dos artistas que nos ocupan. Al menos sí hay interpretaciones en directo por su parte y además podéis escuchar “Crazy” en Spotify, tanto la original de Seal como la cover de Alanis Morissette.

Original: Seal (“Seal”, 1991)

Casi dos décadas antes de verse abducido por el éxito mediático de su mujer, la modelo Heidi Klum, el cantante británico Seal debutó con el tema “Crazy”, compuesto por él para su primer trabajo y con la ayuda de Guy Sigsworth en labores de producción. Previamente, ya había llamado la atención prestando su voz para “Killer”, un single de Adamski que también incluiría el artista en su estreno. Mientras medio mundo especulaba acerca del origen de las marcas existentes en la cara de Seal (se trata de una enfermedad aunque se llegó a decir que se las hizo en un rito tribal o algo así), la otra mitad se encargó de elevar “Crazy” a la cima de las listas en ambos lados del Atlántico.



Versión 2.0.: Alanis Morissette (The Collection, 2005)

A la hora de promocionar su primer recopilatorio de grandes éxitos, publicado en 2005, Alanis Morissette decidió reinterpretar el tema de Seal. Para ello, lo pulió con bases fuertemente electrónicas en una especie de anticipo del que sería su próximo disco de estudio, Flavors of entanglement (2008). El vídeo comienza como una historia muy simple de celos que el espectador cree que es hacia un hombre hasta que al final se descubre que es por otra mujer. Como ya he comentado, tampoco está en You Tube, al igual que el clip original de “Crazy” de Seal, así que también os dejo con una interpretación en directo (se puede ver con tranquilidad, Alanis toca la guitarra y al tener las manos ocupadas no tiene tantos ataques epilépticos).



miércoles, 25 de marzo de 2009

SOS 4.8

La redacción de Gesloten se encuentra estos días deshojando la margarita sobre si asistir o no asistir al festival SOS 4.8 que se celebra por segundo año en Murcia, los días 1 y 2 de Mayo. El cartel del festival es bastante interesante, y definitivamente ecléctico. Sólo así se explica la presencia en el festival de Duffy, Keane o Ladyhawke junto a P.J Harvey y John Parish; o que las revelaciones nacionales Klaus & Kinski y Russian Red compartan cartel con la electrónica de The Prodigy o Underworld. La última novedad en cuanto al cartel la conocíamos ayer mismo, y es la caída del mismo de los granadinos Los Planetas que han sido sustituidos por Maxïmo Park. CatPeople, 2 Many Dj’s, El Guincho, Peaches, Second, Babyshambles y Spiritualized, entre otros, también actuarán en el festival. Toda la información en torno a este evento, aquí. Y también mantienen al día a todos los interesados sobre cualquier novedad en su blog.

MARIANNE FAITHFULL: EASY COME, EASY GO

A estas alturas queda evidenciado que lo que nos gusta a todos de Marianne Faithfull es su bagaje vital, un vía crucis montado en una vertiginosa montaña rusa que ha llegado a descender a lugares de los que muchos no fueron capaces de volver (Janis Joplin, Jim Morrison, Jimmy Hendrix…). Pero por otra parte, hay veces que tendemos a idealizar o mitificar las vivencias de los demás, incluso lo que nos cuentan (tremendo error que por suerte se suele descubrir tarde o temprano). Hasta hace un año aproximadamente, tras ver la genial película “Irina Palm”, yo no tenía datos sobre esta mujer más allá de su tormentosa relación con Mick Jagger, así como sus adicciones varias. Porque la artista británica de 62 años lleva viviendo de su historia desde que renació como un ave fénix a finales de los 70. En estos momentos se está preparando un filme sobre su vida, que yo creo que mejor daría para una serie por lo menos de tres temporadas. Además, ella misma ha publicado una autobiografía dividida en dos partes (la segunda salió a la luz en 2007).

Echando un vistazo a su discografía, y con la publicación reciente de su último trabajo, este álbum de covers titulado “Easy come, easy go”, queda otro hecho demostrado: Marianne Faithfull tiene muchos amigos y admiradores de distintas generaciones; colegas del pasado, entre los cuales algunos le echaron un cable para ayudarla a salir de las drogas, y del presente, que la admiran sencillamente por ser quien es o porque parece que eso de trabajar con ella da mucha solera (PJ Harvey colaboró en su producción anterior, “Before the poison”, de 2004, una obra cuanto menos interesante). En este disco, la artista se atreve con temas ajenos de toda clase de cantantes y grupos. Desde Dolly Parton, Morrissey, Black Rebel Motorcycle Club o Brian Eno, hasta The Decemberist, Bessie Smith o Sarah Vaughan. Y además, cuenta con la colaboración de gente como Rufus Wainwright, Nick Cave, Keith Richards o, el pescado que más se rifan todos, Antony Hegartyaaaaagggh!).

La voz de Marianne Faithfull, totalmente rota y cavernosa, lleva patente sus excesos del pasado. Escucharla antes de sus oscuros años 70, década en la que se drogó más que Amy Winehouse y Pete Doherty juntos, sorprende por el cambio que dio a su regreso. De un registro dulce y poderoso pasó a parecer una mujer que se pone a cantar en un karaoke de mala muerte tras haberse bebido ella sola una botella de tequila y haberse fumado un cartón de tabaco. En 1979, la británica reapareció con un buen disco bajo el brazo, “Broken english”, muy alabado por la crítica pero que en un primer momento dejó con cara de paisaje a todos por el cambio de voz de Faithfull, resultado de sus años de adicción a las drogas y el desmesurado consumo de cigarrillos, el único hábito que a fecha de hoy no ha abandonado todavía. En ese álbum está la canción “The ballad of Lucy Jordan”, un tema que volvió a ponerse de moda en 1991 por su inclusión en la banda sonora de la fantástica película “Thelma & Louise”, de Ridley Scott.

Ofreciendo interpretaciones aceptables en películas como “María Antonieta”, de Sofia Coppola, ¿qué queda de Marianne Faithfull en su faceta de cantante si obviamos por unos instantes la atracción que ejerce su persona? Seamos realistas, lo que aparece es una señora con voz de teleñeco borracho que afrontando todas las versiones de este “Easy come, easy go” suena a algo que resulta por instantes ridículo y que roza la parodia por muy respetada que sea en los ámbitos artísticos. Una a una, las canciones que interpreta, algunas más que otras, se las va cargando como el que explota las burbujas de los envoltorios destinados a objetos frágiles. A pesar del estupendo acompañamiento de los músicos, Faithfull necesita acoplarse como puede con una machacada garganta que carece de registros y que provoca preocupantes sentimientos de lástima si inmediatamente no nos remitimos a las experiencias que ha dejado atrás. Incluso en los dúos que lleva a cabo con Richards, Wainwright o Cave, éstos realizan incursiones testimoniales para no pisar los sórdidos berridos de la artista británica. No quiero ni imaginármela en directo, y desde aquí la invito a que continúe con otras labores, bien en el cine o a través de lo que le lleva todos estos años dando de comer: sus propias vivencias reflejadas en dos autobiografías.

PUNTUACIÓN: 4,5/10
LO MEJOR
: el acompañamiento musical, y que Faithfull nos cae muy bien.
LO PEOR: la monotonía que imprime con su voz de cazallera a todos los temas y los más de 8 minutos berreando con Antony Hegarty en “Ooh baby, baby”, canción original de Smokey Robinson.
DESTACABLES (por decir algo…): “Down from Dover”, “The crane wife 3”, “Dead God please help me”, “Kimbie”.

martes, 24 de marzo de 2009

"LIVING THING", EL PÉSIMO NUEVO DISCO DE PETER, BJORN AND JOHN

Con “Writer’s block”, situamos en el mapa al trío de Estocolmo Peter, Bjorn and John. Ya habían grabado antes un par de discos, pero fue con este fascinante álbum cuando caímos rendidos a sus pies: “Amsterdam”, “The chills”, “Start to melt”, “Paris 2004” y naturalmente la inevitable “Young folks” son sólo algunas de las joyas que guardaba como un precioso tesoro aquel disco. Tras publicar un extraño trabajo instrumental, “Seaside rock” el pasado verano, que pasó merecidamente sin pena ni gloria, “Living thing” marca, supuestamente, su retorno al pop. Pero solo supuestamente ya que desde el comienzo está claro que este “Living thing” poco tiene que ver con “Writer’s block” en cuanto a estilo, pero sobre todo en cuanto a calidad de uno frente al otro.

No hay aquí himnos, ni pop contagioso, ni canciones imaginativas, ni paisajes evocadores, todo lo que nos hizo enamorarnos de “Writer’s block”. En cambio estamos ante un mamotreto que excede el terreno de lo experimental para penetrar en el de lo incomprensible. La sensación que tenemos ante “Living thing” es la de farsa, por ser victimas de un grupo que pretende colarnos las pésimas canciones que tienen entre manos como temas interesantes mediante una supuesta producción no ya extravagante si no marciana, que lo único que nos provoca es frustración y un bostezo detrás de otro. Ya desde su difícil inicio, con los primeros acordes de “The feeling” uno piensa que se encuentra escuchando una de esas empanadas mentales de Animal collective en lugar de al trío sueco. Solo “Just the past” acabará resultando un boceto de buena canción. El resto es innecesariamente largo, anodino, y rebuscadamente raro.

Tampoco tenemos las atmósferas de su anterior disco. Lo único que evoca este es un estudio de grabación cutre de mala muerte. No ayuda el tono monocorde del cantante -Peter- que parece aburrirse tanto como nosotros a juzgar por la desgana con que recita sus letras. Los coros infantiles en “Nothing to worry about” son enervantes; “I’m losing my mind” no arranca jamás y tiene unas guitarras que te hace saltar del sofá para darle al skip; “Living thing” no destaca en el conjunto, es decir, es muy fea. “I want you” apunta maneras, si no de gran canción, al menos de canción durante sus primeros segundos. “Lay it down” carece de gracia. La campestre “Stay this way” es una especie de balada aunque bien pensado todo el disco es muy lento y oscuro, pero esta apunta alguna idea interesante, algo es algo...Porque los tres temas restantes son un espanto difícil de escuchar siquiera la primera vez: “Blue period Picasso”, "4 out of 5” y “Last night” son un coherente colofón a un disco soporífero, carente de encanto o de algo que le haga asemejarse a la música pop, o a la música en general. Y es que me resisto a calificar los inacabables doce cortes de “Living thing” como canciones, si no que mas bien son un retorcido homenaje a la fealdad más cruda, un ejercicio de malabarismo estéril de unos músicos repelentes tan aburridos de si mismos que pretenden torturarnos a los demás. Un grupo en el abismo que separa la nada y la estupidez.

CALIFICACIÓN; 2/10
LO MEJOR; No haberlo comprado. Así no tendré que volver a que me devuelvan el dinero.
LO PEOR; El disco apesta a esa actitud de genio incomprendido en plan “si esto no os gusta es que no sois tan interesantes como nosotros...”
IMPRESCINDIBLES: --

domingo, 22 de marzo de 2009

LOS ABRAZOS ROTOS

Este año probablemente el cine español levante algo cabeza en taquilla, más que nada porque coinciden los estrenos de Almodóvar y Amenábar. Sobre Ágora aún es pronto para opinar pero sobre Los Abrazos Rotos ya podemos aportar nuestro punto de vista.

Los Abrazos Rotos es un dramón hispánico desarrollado en dos tiempos, alternando el relato de hace 14 años con el momento presente. La historia no es otra que la de dos hombres unidos por una mujer (un mismo destino diría Bustamante) a la que se superponen algunos recortes deslabazados de otras historias para rellenar el guión.

Lo que podía haber sido un relato sobre dos hombres enfrentados, sobre dos maneras de entender el amor a una persona (posesión obsesiva frente a una visión naive del amor) se convierte en un gélido relato inconexo en el que todo el esfuerzo recae en mantener los saltos en el tiempo sin que el espectador se pierda sin remedio.

Los actores se ven inmersos en una trama sin explicación aparente. Un bondadoso benefactor se convierte de la noche a la mañana en un maltratador implacable y una historia de amor adolescente entre dos adultos acaba de forma facilona y abrupta.

El guión carece dramáticamente de los recursos clásicos, por todos conocidos, para conducir al espectador a través del relato, sin aportar ningún medio alternativo que deje entrever el por qué de ninguna de las acciones de los protagonistas. Se salta brutalmente no sólo en el tiempo sino en las reacciones emocionales de los personajes. Ni siquiera se ha tenido el buen gusto de introducir una pizquita de sentido del humor para hacer más llevadero el relato, excepto la intervención de Carmen Machi en un "así se hizo" sin pudores de Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios, ya muy avanzado el metraje, como si el propio director necesitase recurrir a esta película para recordarnos de quien es la que estamos viendo.

La elección de actores es muy poco acertada. En primer lugar el protagonista masculino, Lluís Homar, "memorable" Papa del despropósito Borgia nos ofrece una actuación que transpira pasión y melancolía de un modo tan contenido que a veces ni se percibe. Blanca Portillo intenta desesperadamente dotar de credibilidad al personaje y sostener la escasa intriga de la película, pero el guión es tan frío, escueto y aséptico que era imposible semejante proeza.

De Penélope se pretende un difícil combinado: la perdición de los hombres en un frasquito de inocencia y, claro, la talla del traje es demasiado grande. Esta creíble, pero excesivamente hierática para la tragedia en la que está inmersa.
En cuanto al resto de actores, se puede rescatar a Lola Dueñas, que con su pequeño papel muy en la línea Almodóvar refresca el ambiente, un correcto y prometedor Tamar Novas y a la ya mencionada Carmen Machi.

Por momentos la trama parece una mezcla entre Un Final Made In Hollywood y los intentos de Mar Flores por ser actriz, en resumen, un combinado correcto pero helado, sin ápice del surrealismo tan propio del universo de Almodóvar. Innecesaria.

PET SHOP BOYS, SÍ

El nuevo disco de Neil Tennant y Chris Lowe, Pet shop boys, se publica tres años después de que “Fundamental” fracasase en muchos de sus objetivos, y que sus promesas como supuesto regreso del dúo al gran pop, tras el incomprendido y reposado “Release”, quedaran frustradas por unas canciones demasiado lánguidas. Pero no hay que ponerse tremendos y esperar un gran regreso de Pet shop boys. Porque a pesar de algún que otro altibajo, su carrera esta llena de coherencia y de buenos discos. Ni uno solo de sus Lp’s tienen menos de tres o cuatro grandes canciones, y desde luego ninguno debe ser despreciado o ninguneado. Por tanto es absurdo plantearse la llegada de “Yes” como la última oportunidad del grupo de seguir al frente de escena de la música pop británica, como muchos medios intentan hacernos creer. En cualquier caso si participamos de ese juego, en el caso de que este disco fuese un ultimátum para el grupo, una última oportunidad de redención, tendríamos que concederles que lo superan con notable alto, ya que estamos ante uno de los mejores trabajos de su fantástica carrera.

Todo o casi todo funciona en “Yes”. Tenemos estribillos arrolladores (“More than a dream”, “Pandemonium”), temas vibrantes como “Did you see me coming? ”, que debería ser sí o sí el próximo single, tras “Love etc.”- por cierto uno de los temas menos brillantes del disco- pasando por los clásicos medios tiempos del grupo como “Vulnerable” o la inmensa “Beautiful people”, una balada “King of Rome” que bebe de la amargura presente en “Home and dry” pero con un ritmo aún más ralentizado; y como colofón una de las mejores canciones de su carrera, la absolutamente emocionante “The way it used to be”, tema complejo formalmente, lleno de tristeza, sin estribillo y con siete u ocho partes claramente diferenciadas. Con un final un tanto soporífero (“Legacy”) como único lastre, “Yes” se alza cómodamente como uno de las cimas creativas del dúo. Sin llegar a la apoteosis de “Actually”, este “Yes” es un canto a la vida, a la alegría de vivir, que deja como toda gran obra artística un poso de melancolía en el oyente. Es un disco lleno de deslumbrantes recursos musicales, con una producción esplendida de Brian Higgins y su equipo Xenomina puesta al servicio del pop elegante del grupo, de estas melodías inspiradas. Un disco exquisito.

Pet shop boys dan por tanto lo mejor de sí mismos para mantenerse como un referente indiscutible de la escena pop mundial, sin necesidad de aparatosas reinvenciones, tal vez porque el discurso del dúo es atemporal y se mantiene plenamente vigente casi veinticinco años después de su rotunda puesta de largo con “Please”.

CALIFICACIÓN; 8/10
LO MEJOR; La belleza y melancolía que encierran “The way it used to be” y “King of Rome”.
LO PEOR; No haber sabido rematar el disco con la contundencia de un “King’s cross”. “Legacy” no da la talla como despedida.
IMPRESCINDIBLES;The way it used to be”, “Did you see me coming?”, “King of Rome”, “Beautiful people”, “Pandemonium” y “More than a dream”.

miércoles, 18 de marzo de 2009

CANCIONES PARA MARZO

Publicamos nuestra lista de marzo con un poco de retraso pero con las mismas ganas de haceros disfrutar de siempre. El enlace a la lista en Spotify, aquí.


Truman von Harket

01 Camera obscura: French navy



02 Bon Iver: Re: Stacks
03 Camera obscura: Honey in the sun
04 M. Ward: To save me
05 The pains of being pure at heart: A teenager in love



Gaspashá Gorkovskaya

06 Annie Lennox - The gift



07 Dead can dance: The host of Seraphim
08 Milla Jovovich: The alien song (for those who listen)
09 Amy Macdonald: This is the life
10 Titus Andronicus: Titus Andronicus



Lord Carnavon

11 Polock: Faster love



12 Vetusta Morla: Sálvese quien pueda
13 Mando Diao: Dance with somebody
14 Sugarplum fairy: Bus stop
15 David Byrne: Like humans do


Charmeur Kiwi

16 We are Standard: The last time



17 Mando Diao: Gloria
18 The whitest boy alive: Island
19 Kings of Leon: Be somebody
20 Cats on fire: Letters from a voyage to Sweden



Lady Foster

21 Royksopp: You don´t have a clue



22 La buena vida: Año bisiesto
23 Pet shop boys: The way it used to be
24 Fangoria: La pequeña edad de hielo
25 Bat for lashes: Glass

lunes, 16 de marzo de 2009

“EL LUCHADOR”: AMÉRICA SEGÚN ARONOFSKY

El director de “El luchador” (“The wrestler”) Darren Aronofsky comenzó su carrera cinematográfica en 1998 con “Pi” un film que llamó la atención del sector de la crítica menos convencional en busca continua de sorpresas y de nuevos talentos. “Réquiem por un sueño” supuso su contundente consagración, un golpe seco en el estomago del espectador con una historia brutal donde no había lugar para la esperanza. Su salto a la producción a gran escala –económicamente se entiende- vino de la mano de la irregular “La fuente de la vida” interesante en su planteamiento pero lastrada por un discurso new age de brocha gorda y un actor incompetente, Hugh Jackman.

En su cuarto film sorprende especialmente el tono y la estética utilizada por Aronofsky: “El luchador” está más próxima al clasicismo formal de Clint Eastwood (tiene muchos puntos en común con “Million dollar baby”, también en su discurso) que del misticismo de todo a un euro de “La fuente de la vida” o de ese mal viaje lisérgico que era “Réquiem por un sueño”. La película, escrita por Robert D. Siegel, bebe de esa fértil tradición del cine americano que escarba en las vidas de perdedores hundidos en vidas decadentes, llenas de soledad, en busca de un último aliento, de una redención que les permita vivir en paz consigo mismos. El film por tanto no es argumentalmente un prodigio de originalidad, pero su director es capaz de narrarlo con una fluidez admirable y dotarlo de personalidad propia con secuencias brillantes, como la apertura de la película acompañando al protagonista en uno de sus patéticos combates de wrestling, siempre mostrándolo desde sus espaldas, lo que pone de manifiesto el respeto que siente hacia el, dignificándolo al filmarlo de esta forma. El impecable retrato de la América profunda que realiza Aronofsky está repleto de poesía mugrienta, con suburbios grises y semidesiertos, con casas de papel que se caen a pedazos, de noches sin principio ni final en tugurios cutres, de despedidas tristes en parkings gélidos y de combates fraudulentos. De todo ello el director es capaz de extraer una rara belleza y la película vuela llena de energía y de rabia contenida, para confirmarse como su mejor obra hasta la fecha.

Mención aparte merecen las interpretaciones de sus dos protagonistas un renacido Mickey Rourke sobre el que ya se ha dicho todo y bueno a estas alturas. Sin el no habría película, básicamente. Le da replica una Marisa Tomei que vuelve a asombrarnos (ya lo hizo en “Antes que el diablo sepa que has muerto”) en un complicado papel de bailarina de barra en un local de mala muerte y que es la última tabla de salvación del personaje de Rourke. Ambos llenan la pantalla de complicidad, de veracidad en cada una de las secuencias que comparten involucrando de forma inexorable al espectador en sus penosas vidas, sintiéndonos implicados en el devenir de sus respectivos personajes. “El luchador” en su maravillosa última escena nos deja a un personaje lleno de cicatrices, pero haciendo lo único que ama, lanzarse al ring con menguantes fuerzas y sin que nadie se haya quedado para mirarle, salvo nosotros.

sábado, 14 de marzo de 2009

U2 SALEN (UN POCO) A FLOTE CON "NO LINE ON THE HORIZON"

U2 son “Achtung baby”. Para mi no son ni el rock de “The Joshua tree” o de “The unforgettable fire” ni los experimentos para satisfacción de la modernidad que fueron “Zooropa” y “Pop”... Si no fuera por “Achtung baby” y sus estribillos arrolladores no me hubiera molestado en hablar siquiera de ellos. Serían un grupo carente de interés a pesar de reconocerles temazos varios –“With or without you”, “Stay”, “I still haven`t found what...”, “New year’s day”...- Sin embargo su espectacular reinvención de 1991 me ha hecho seguirles con cierto interés a pesar de que reconozco que escucharles en pleno 2009 es un acto de anacronismo comparable a comprarse un discman.

"No line on the horizon" es el primer disco de U2 desde la publicación en 2004 de "How to dismantle an atomic bomb" y es un trabajo que marca un punto y aparte con respecto a sus últimos discos que les habían llevado a un callejón sin salida artísticamente hablando. El tema que da nombre al disco y lo abre pone de manifiesto los problemas de voz que tiene Bono (si en estudio no llega a las notas y su voz suena rota en el mal sentido, no quiero ni imaginarme como será en directo, si es que se atreve a cantar en directo, claro) y aun así es un tema muy interesante, lleno de matices y cambios de ritmo. “Magnificent” comienza majestuosa hasta que , otra vez, Bono abre la boca....lo cierto es que me recuerda a los temas más stadium rock de Coldplay, especialmente su guitarra, ¿o era al revés y son Coldplay los que nos recuerdan a U2?..."Moment of surrender” es un mamotreto de más de siete minutos que tendría más sentido como cierre. “Unknow caller” un buen medio tiempo que no mata pero se disfruta. “Get on your boots” es el single más atípico de su carrera si excluimos “Numb”, un tema enrevesado y sin luz por ningún lado para que las radiofórmula se lancen a por el. Tiene poco arreglo. “Stand up comedy” y "I'll go crazy if I don't go crazy tonight" en cambio son dos de los temas más comerciales del disco, con un estribillo claro (y facilón) y una producción limpia, una apuesta segura como singles en camino. Los últimos cortes del disco la cosa mejora: “FEZ-Being born es de lo mejor que han grabado desde "Achtung baby", épica y hermosa, un tema que nos retrotrae a los mejores tiempos del grupo, finales de los 80, comienzos de los 90. La sencillez de las baladas “Cedars of Lebanon y “White as snow” es bienvenida a estas alturas en un grupo de rock de estadio. ¿La entenderán los fans de “Vertigo”? Y acabando el repaso el medio tiempo “Breathe”, que posee tensión dramática y una buena melodía y esa guitarra de The Edge que parece llegar desde el espacio exterior.

Tal vez los que esperen otro “Achtung baby” salgan decepcionados, pero si tomamos como referencia temas recientes del grupo, con “Vertigo”, “Beautiful day” y “Elevation” a la cabeza “No line on the horizon” es un disco lleno de sutilezas, de temas que no caen en los caminos trillados ni en una comercialidad vacua, un disco de raíces eminentemente rock que busca nuevas direcciones y escapar de los estribillos de encefalograma plano. No hay aquí nada memorable ni apasionante, pero tampoco produce repulsa. Y es que este disco prometía ser infame en base a aquellos precedentes y a la tendencia aparentemente imparable de una banda que ha ido autodestruyendo su prestigio con los años hasta convertirse en una parodia de si misma. “No line on the horizon” es su tentativa de asomar el cuello por encima del fango y reclamar su trono como gran banda de rock. Obviamente es muy tarde, pero tal vez por eso, por ser los únicos en no darse cuenta de que ya no es posible borrar sus pisadas, este disco resulta incluso encantador en la inocencia de sus buenas intenciones, es decir un grupo echado a perder que intenta redimirse torpemente, de forma inútil por momentos, pero con eficacia en otros a lo largo de este irregular trabajo.

CALIFICACIÓN; 5,75/10
LO MEJOR; El loable intento de la banda de alejarse de los caminos abiertos previamente y marcar territorio con respecto a la vulgaridad que reinaba en sus últimos discos.
LO PEOR; No iba a decirlo otra vez...¿pero que le pasa a Bono en la garganta?
RECOMENDABLES; “Breathe”, "FEZ-Being born” y “White as snow”

viernes, 13 de marzo de 2009

THE ANNIE LENNOX COLLECTION

Más de quince años han pasado desde que la cantante escocesa Annie Lennox decidiese iniciar una andadura en solitario tras su bagaje con Dave Stewart en Eurythmics. No es que haya sido precisamente la más prolífica, ya que ha grabado cuatro discos, y el último de ellos, “Songs of mass destruction” (2007), es un soberano tostón, salvo dos o tres temas como mucho. Esta retrospectiva que acaba de sacar al mercado, supone algo nuevo para la artista con una de las imágenes más potentes y atrayentes de la historia de la música: el final de su contrato con la discográfica Sony BMG, lo cual significa que, como viene ocurriendo en los últimos tiempos con todos los grupos y cantantes, Lennox se queda compuesta y sin compañía que la respalde. “Por primera vez en treinta años no estoy obligada a hacer nada para nadie”, ha llegado a decir la escocesa, de 54 años.

El álbum, cuya edición especial con más canciones de momento solamente ha salido en el Reino Unido, realiza más concesiones a su primer disco, “Diva” (1992) –sin lugar a dudas, el mejor de todos- con clásicos como “Why” o “Precious”. También cuenta con la fantástica “Love song for a vampire”, de la banda sonora del filme Drácula, de Francis Ford Coppola. Como cortes inéditos, Annie ha decidido no arriesgarse componiendo algo por ella misma y versionar “Shining light”, de los norirlandeses Ash y una cara B escrita por el líder de Keane, Tom Chaplin, titulada originalmente “Closer now” pero que ha sido renombrada como “Pattern of my life”. Existe otra edición en la que se incluye un DVD con los vídeos que ha ido rodando Lennox a lo largo de su carrera en solitario.

PUNTUACIÓN: 8,75/10
LO MEJOR: es el disco casi más redondo de todos los que ha sacado Annie Lennox.
LO PEOR: lo anterior, que da a entender la irregularidad interna, más o menos acusada, de sus álbumes y que próximamente analizaremos.
IMPRESCINDIBLES: “Why”, “Love song for a vampire”, “Precious”, “Shining light

martes, 10 de marzo de 2009

CAMERA OBSCURA: MY MAUDLIN CAREER

La banda de Glasgow Camera obscura presentará durante las próximas semanas su cuarto disco de estudio. Tras abandonar Elefant, discográfica para la que grabaron sus anteriores discos, “My maudlin career” supone su debut con 4AD y el sucesor de uno de los mejores álbumes que han caído en nuestras manos en los últimos años, “Let’s get out of this country”. Las expectativas son enormes por tanto y las posibilidades de salir decepcionado muy elevadas. ¿Es “Let’s get out of this country” una obra irrepetible? ¿Estamos ante un digno sucesor? Pues no solo eso, si no que podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el nuevo disco de Camera Obscura lo iguala con toda tranquilidad, es una nueva jugada maestra, una muestra abrumadora de talento y buen gusto. Estamos ante un trabajo formado por once cortes donde no hay rellenos que valgan. Prácticamente cada uno de sus temas posee una belleza única y un poder evocador arrollador, llevando al oyente a todos esos lugares que te gustan, donde quieres estar. Camera Obscura obran un nuevo milagro, y ofrecen una muestra de talento deslumbrante en una obra donde conviven la alegría de vivir de “French navy” o “Honey in the sun” con la sutileza de “Away with murder” lo hipnótico de “James” u “Other towns and cities” con la emoción romántica de “My maudlin career” y “Careless love” y donde no faltan los guiños a temas previos de la propia banda como “Swans” que recuerda a “Come back Margaret”.

“My maudlin career” es por tanto un trabajo irresistible en su formulación musical. Mantiene sin duda las señas estilísticas del grupo mediante el desarrollo de temas resplandecientes, llenos de melancolía y atmósferas evocadoras de otras épocas, con un sonido deudor de los grupos vocales femeninos de los 50 y del pop americano de los años 60. Tampoco renuncian a la pomposidad bien entendida (“Careless love” es un ejemplo perfecto), con unos arreglos de cuerda magníficos, ni a la seducción de lo onírico que recorre de arriba abajo el disco. Con una orquestación voluptuosa y una producción exquisita Camera Obscura regresan para fascinarnos con estas piezas imprescindibles, reposadas, sencillamente maravillosas. La banda liderada por Tracyanne Campbell confirma con “My maudlin career” que hoy por hoy, existen muy pocos grupos en el mundo a su altura, y que sean capaces de grabar discos tan fantásticos como los que nos entregan ellos una y otra vez. Y aunque espero equivocarme, me parece que no habrá en 2009 ninguno capaz de superarlo.

LO MEJOR; La muestra de talento que es en sí mismo, imposible de abarcar con palabras ante la cantidad de virtudes que lo conforman.
LO PEOR; Su portada no termina de gustarme, por decir algo.
IMPRESCINDIBLES; “Honey in the sun”, “French navy”, “Swans”, “Careless love” y “Away with murder” para empezar…
CALIFICACIÓN; 9/10

domingo, 8 de marzo de 2009

RAZORLIGHT: SLIPWAY FIRES

Publicado a finales del año pasado, el tercer disco de estudio de Razorlight, “Slipway fires”, vuelve a renovar las pocas expectativas musicales que vengo teniendo últimamente a la hora de descubrir cosas “nuevas” en esta disciplina artística. No tenía ni idea de la existencia de este grupo inglés, acusado por algunos medios cuando editaron su primer disco en 2004 de parecerse demasiado a bandas como The Strokes, entre otros. Añado que veo bastante parecido con Coldplay, formación que no ha conseguido impactarme con ninguno de sus trabajos. Por otra parte, noto conatos de semejanza con Keane, pero sin llegar ni de lejos a la peculiar personalidad de su cantante (que guste o no, Tom Chaplin la tiene). El líder de Razorlight, Johnny Borrell, se ha convertido en habitual de la prensa rosa británica por temas que ni me van ni me vienen (actitud insoportable, romances varios y asuntos de interés para esa parte de la población que se aburre y precisa conocer hasta el más mínimo detalle de la vida de los demás).

Salvo algunas canciones, algo estimables pero que no enganchan, “Slipway fires” discurre entre la pereza, el copy paste constante y la falta de idiosincrasia. Hace gala de una buena producción pero a mitad de disco su escucha se sumerge en el tedio y la indiferencia. Los músicos son buenos, y la voz de Borrell no está mal, pero tiene el mismo carisma que la de cualquier concursante de un “operación triunfo” cualquiera. Con esto vuelvo a sentir la necesidad de volver a épocas alejadas, descubrir y redescubrir otras bandas que sí hicieron cosas originales, aún teniendo referencias anteriores. La fórmula brit pop con cantante insoportable no solamente es algo que a mí no me dice nada, es que está ya más pasado que la constitución española de 1812. Cuando la mente pide cambiar de tercio, al final del álbum ocurre como al principio con sus dos primeros temas, se vislumbra cierta esperanza con la canción que lo cierra, “Where the frecuencies run deep and wild”. En el fondo es brisa agradable de un pasado musical que, al menos para mí, cada vez está más presente.

PUNTUACIÓN: 4,75/10
LO MEJOR
: el aburrimiento que da escuchar este disco no se materializa en rechazo, como ocurre con otras producciones.
LO PEOR: da la sensación de que cada vez hay más grupos y artistas fabricados en serie.
DESTACABLES (a pesar de todo): “Wire to wire”, “Hostage of love”, “Where the frecuencies run deep and wild”

viernes, 6 de marzo de 2009

SINGLE DE ADELANTO DEL DISCO DE PJ HARVEY Y JOHN PARISH

Como ya os anunciamos en Gesloten, PJ Harvey y John Parish vuelven a colaborar en un disco conjunto como ya hicieron en 1996. Ya puede escucharse el single de adelanto, “Black hearted love”. Se trata de un estupendo anticipo que seguro nos aliviará de la gran pila de despropósitos musicales que circulan por el mundo en los últimos tiempos. Dedicamos este tema muy especialmente a nuestra querida Lady Foster por su cumpleaños.



jueves, 5 de marzo de 2009

KATY PERRY Y LADY GAGA, DESECHOS POP

No sabemos muy bien de dónde han salido. Sospechamos que han nacido de la nada más absoluta, es decir del cerebro calenturiento de algún decorador de interiores en paro, reconvertido en magnate de la industria musical. Pero lo cierto es que resulta imposible enchufar la tele o poner la radio y no estrellarte de bruces con sus singles. Hablamos de Katy Perry y Lady Gaga, ejemplo de músicos sin carisma, que apestan a zapatillas sudadas, sin un ápice de talento, ni una imagen atractiva, carentes de voz propia en sus desesperados intentos de resultar sexies, pero aupadas a los altares del mainstream del politono por los creadores de opinión más rancios.

Concebida como la respuesta yankee a Lily Allen, la Señorita Perry, presentada al mundo por sus asesores de imagen como una pin up recién salida de un polvoriento rancho del medio oeste americano y que en un mundo lógico estaría predestinada a actuar en cabarets de tercera fila, revoluciona al mundo con “I kissed a girl”, tema de una vulgaridad que deja estupefacto, solo apto para puritanos que se escandalizan cuando alguien a su alrededor dice la palabra “culo”. Musicalmente estéril, Perry cuenta además con una voz muy desagradable que pasea a lo ancho y largo de su CD debut, “One for the boys” provocando un molesto zumbido en los oídos del oyente, por culpa de esa manía que tiene de cantar varios tonos por encima de su capacidad vocal. Su directo espantó en los Grammy, y ha ganado un Brit. Son otros dos detalles que nos ponen en alerta acerca del personaje. Cuenta con otro single de éxito, “Hot N’ cold”, pero es probable –o eso queremos creer- que nadie se acuerde de ella en un par de años.


Cruce imposible entre la Shakira más arrabalera y una Paulina Rubio en horas bajas, y disfrazada con indudable sofisticación poligonera, Lady Gaga nos ofrece una imagen más contemporánea, es decir, deudora de los estilísticamente tremebundos años 80, modernísima que es ella. Traducción: a la chica la metieron a rastras en el H&M de su barrió y tachán, salió totalmente equipada dispuesta a ofrecer su curioso en un principio, pero insoportable a la larga (o sea a la tercera escucha) “Just dance”, el mejor tema de un disco, “The fame” que es una sucesión de estribillos llenos de lugares comunes y que hemos escuchado unos cientos de veces antes y mucho mejor empaquetados. Gaga y su disco nos hace desear con todas nuestras fuerzas que acabe de una vez por todas este revival ochentero que parece no tener fin y que nos crispa los nervios. Ya ha alcanzado el número uno de la lista de singles en EE.UU y Reino Unido con un tema tan efectivo como irritante. Yo ni que decir tiene que echo de menos temas como “Gimme more” “Umbrella”, “Give it 2 me” o “The one”, pequeños clásicos que jugando en la misma liga no provocan deseos de cometer masacres al atardecer

martes, 3 de marzo de 2009

PAUSA PUBLICITARIA: QUIERO DORMIR


De vez en cuando salen anuncios en nuestras televisiones que nos recuerdan que en España también se hace buena publicidad, de vez en cuando..., esta vez ha sido Pikolín con Nacho Villalongo de director.

El anuncio se enmarca dentro de una campaña para concienciar sobre el ruido y sus consecuencias sobre el sueño. No os perdáis la web de la campaña quenadatequitelsueño donde además del vídeo tenéis más información de las acciones de la misma

lunes, 2 de marzo de 2009

AMY MACDONALD: THIS IS THE LIFE

Recientemente, la joven cantautora escocesa Amy Macdonald ha reeditado su álbum de debut, “This is the life” –publicado en 2007- añadiendo un segundo CD con temas en directo y covers como “Mr. Brightside”, de The Killers. En estos últimos tiempos parece inevitable para cualquier artista femenina procedente del Reino Unido que le metan en alguno de los frentes inventados por la prensa: a un lado, las “chicas malas” (Amy Winehouse, Lily Allen), al otro, las “chicas buenas” principalmente capitaneadas por Duffy. En medio de ese caldo de cultivo, Macdonald –que debe estar hasta las narices de que le saquen el mismo tema en las entrevistas- parece más bien un garbanzo perdido en un plato de lentejas. De entrada, su estilo se decanta más por el rock y el folk, tiene una voz muy personal (grave y madura para su edad) y además un acento escocés marcado que la hace ser todavía más distintiva (por la forma en que apunta maneras con su música, se nota y percibe el maravilloso lugar del que procede).

Con respecto a sus canciones, escritas y compuestas por ella misma apenas había salido de las postrimerías adolescentes, Amy se pregunta por las actitudes propias de las estrellas del espectáculo (“Mr. Rock & Roll”), el vacuo protagonismo de las acompañantes de los futbolistas (“Footballer’s wife”), el estilo de vida que quiere llevar (“This is the life”) o los anhelos propios de la gente común que espera que suceda algo excitante en su rutina (“A wish for something more”). Será interesante ver cómo evoluciona. De momento, aunque les pese a los del diario “The Sun”, Macdonald no ha sido fotografiada fumando crack, ni borracha perdida, ni se ha autoproclamado “la princesa de la música” como hizo en su día Duffy sin cerrar la boca al terminar su frase. Simplemente, ha elaborado un disco de debut bastante digno y se ha desmarcado del camino mediático en el que están inmersas algunas artistas del Reino Unido.

PUNTUACIÓN: 7,5/10
LO MEJOR: la espontaneidad propia de su edad.
LO PEOR: ¿la espontaneidad propia de su edad?
DESTACABLES: “This is the life”, “Mr. Rock & Roll”, “Poison prince”, “Run”, “L.A.”, “A wish for something more”, “Let’s start a band”. Del 2º CD incluido en esta edición especial, todos los temas son muy estimables: “Fairy tale of New York”, “Mr. Brightside”, “The road to home”…